Película sobre hechos reales acontecidos en torno a San Francisco a partir de los años sesenta, cuando un asesino en serie aterrorizó a la población con sus crímenes, que acompañaba de acertijos. El guión de James Vanderbilt se basa en los libros de investigación de Robert Graysmith, caricaturista e ilustrador de The San Francisco Chronicle.
Estamos ante un caso que parece de resolución imposible, y que permanece abierto varias décadas. El rigor de la narración, de sabor muy clásico, emparenta el film con títulos de periodismo de investigación como Todos los hombres del presidente. Tenemos así múltiples personajes, encuadrables en las categorías de víctimas, sospechosos, periodistas, policías y familiares. Y mérito de Vanderbilt y del director, David Fincher, es dar cohesión al conjunto, no permitir que esa variedad de tipos y escenarios, más el paso del tiempo, conduzcan a una trama deshilachada. Hay emoción y genuino suspense, cuando el film se mueve en las fronteras del cine de terror, al actuar el asesino; hay inteligencia en mostrarlo como una figura fantasmal, y están bien las dudas sobre si determinado perturbado era o no el asesino buscado.
Fincher parece haberse aficionado a contar historias sobre las pautas del comportamiento humano, que parecen seguir unas determinadas «reglas de juego». La palabra «juego» está incluso en uno de su filmes, The Game, pero también forma parte conceptual de Seven, El club de la lucha y La habitación del pánico. Aquí tal idea está muy presente al intentar determinar el patrón de acción que sigue el asesino; pero también al hablar de los problemas de jurisdicción de la policía y sus piques; o de la responsabilidad de los medios de comunicación, incluida la televisión, al dar cancha a un desequilibrado y alarmar a la población. También se describen con inteligencia los comportamientos obsesivos y el sentimiento de frustración que produce el deseo de solucionar el caso a toda costa (muy presentes en el reportero de Robert Downey Jr., en el policía de Mark Ruffalo, y en el caricaturista de Jake Gyllenhaal), que pueden derivar en adicciones indeseables o en problemas familiares. Los actores citados sobresalen dentro de un magnífico y bien seleccionado reparto.
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