En los últimos años se han multiplicado las ediciones de los relatos del escritor inglés Saki, seudónimo de Hector Hugh Munro (1870-1916), uno de los grandes maestros de la literatura humorística. Hay ediciones de diferentes selecciones en Anagrama y Siruela; también en 2006, la editorial Alpha Decay publicó sus Cuentos completos. Pero en los últimos años ha sido la editorial Navona la que más ha apostado por este insólito y original escritor que comparte con Oscar Wilde su divertida crítica de la era victoriana. Han publicado, por ahora, Doce cuentos malévolos, Reginald, Reginald en Rusia, Doce cuentos impertinentes, Doce cuentos desvergonzados y ahora, Cuentos mordaces. Como escribió Tom Wolfe, uno de sus declarados admiradores, la lectura de los relatos de Saki provoca adicción.
Saki publicó su primer cuento en 1899. Poco después comenzó su carrera como periodista en el diario liberal The Westminster Gazette. Más adelante fue corresponsal de The Morning Post, y viajó a los Balcanes, Varsovia, San Petersburgo, París. En 1904 publicó su primer libro de cuentos, Reginald, donde aparece ya el escenario habitual de sus punzantes y divertidas narraciones: la sociedad eduardiana de finales y principio de siglo, retratada con ironía y con una comedida crueldad. En 1911 apareció The Cronicles of Clovis, del que se ha tomado la mayoría de los relatos de este volumen. Munro fue combatiente en la Primera Guerra Mundial y murió en la batalla del Ancre.
Saki es heredero de la tradición de ironistas ingleses (Sterne, Wilde, Chesterton). Sus relatos, como los de esta selección, trasladan al lector a un mundo de tías aristocráticas, mansiones familiares, cacerías, conversaciones sobre perros, la hora del té, mansiones londinenses, clubes de bridge, fiestas campestres… En un escenario deliberadamente tipificado, Saki diseña una acción de corte teatral donde los personajes compiten para ver quién es más ingenioso, aunque Clovis Sangrail suele ser el más deslumbrante: dandi, decadente, esteticista, sibilinamente amoral, elegante, de lengua viperina. Aunque su crítica es mordaz, en los relatos sobresale sobre todo el ingenioso sentido del humor del autor, especialmente habilidoso para rematar los diálogos con sorprendentes frases aforísticas, que suelen romper la cintura.
La mayoría de los relatos están protagonizados por Clovis. Otros incluidos en este volumen (“La música en la colina” y “La jauría del destino”) muestran una faceta narrativa distinta de Saki, también excelente autor de relatos de terror. Pero el tono general es, como escribe el traductor José Luis Piquero en el prólogo, el humor negro y la ironía vitriólica.