Síntesis. Madrid (1998). 205 págs. 1.500 ptas.
En el siglo XX hemos contado con célebres pensadores que han tratado de filosofía de la técnica (Mumford, Ortega y Gasset, Heidegger, Ellul, por citar algunos), junto con numerosos humanistas -prevalentemente tecnófobos- y otros expertos en causas y efectos sociales del progreso técnico. Aun así, González Quirós afirma que, respecto al sentido de la tecnología, falta aún «comprender no sólo su éxito sino su valor». Heidegger, en Die Frage nach der Technik (1952), fijó la contraposición entre la tecnología contemporánea y la técnica previa. Pero no es suficiente, puesto que, ahora mismo, «nuestra tecnología no se limita a resolver problemas, sino que es una gigantesca máquina de creación de posibilidades».
El autor se propone un análisis filosófico de las tecnologías digitales. El volumen consta de cinco capítulos, que se leen con agrado incluso sin formación filosófica especializada. Al comienzo estudia, de modo breve pero consistente, el concepto de tecnología. Los dos capítulos siguientes valoran las consecuencias de la digitalización respecto a temáticas metafísicas como saber y ser. Finalmente presenta una crítica contundente a la ciberfilosofía, ejemplificada como la cultura de lo irreal.
Las invenciones de la escritura, en tiempos ignotos, o de la imprenta, al inicio de la modernidad, supusieron cambios notables. Sin embargo, mucho más drástico es el de la digitalización, puesto que los bits anulan la diferencia entre original y copia: al abatir las fronteras de la reproducción y del límite cuantitativo, permiten la creación de un nuevo mundo en el que puede inhibirse cualquier afán por conocer lo real. Los dispositivos digitales «rompen con los hábitos intuitivos relacionados con las formas analógicas de hacer las cosas que hacemos», hasta confundir saber con disponer de datos.
La ciberfilosofía es una corriente de pensamiento a la vez que una actitud vital. Consiste en un conjunto de creencias que reducen la realidad a bits, con lo que se tiende a prescindir de la subordinación lógica a lo real. La verificación se limita entonces a la mera coherencia, lejana de la tradicional adecuación a lo real. A finales de este milenio se hace urgente elaborar una filosofía de la naturaleza con técnica, ya que las filosofías disponibles -que son sin técnica (H. Jonas)- no nos bastan.
Xavier Serra