Cuando su padre fallece, Emily, huérfana también de madre, pasa a estar al cuidado de sus parientes por línea materna, que literalmente echan a suertes quién se ocupará de ella. Nadie quiere llevarse a la que consideran una niña mal criada en el campo y muy cabezota. Su estricta tía Elizabeth será quien se lleve a Emily a Luna Nueva, la antigua propiedad familiar. Por suerte, su tía Laura y su excéntrico primo Jimmy habitan aquel casón.
El mundo parece hundirse bajo los pies de Emily con este nuevo panorama. Sin embargo, pronto empezará a disfrutar de su nueva vida. La amistad de Ilse, una extraña niña, de Teddy y de Perry se traducirá en un sinfín de aventuras que Emily relata en cartas dirigidas a su difunto padre. Tendrá también que acostumbrarse a las estrictas reglas de tía Elizabeth, aunque muchas veces serán más llevaderas gracias a la dulzura de tía Laura y la complicidad del primo Jimmy.
Una vez más, la literatura clásica en inglés nos ofrece un libro que es una delicia. Lucy Maud Montgomery (1874-1942) es la autora de la serie Ana de las Tejas Verdes, por todos conocida. Sin embargo, para muchos lectores de la serie, este libro (hay dos libros más sobre la misma protagonista) es mejor, y de hecho Emily era el personaje favorito de la autora. La obra nos presenta de un modo muy amable valores que hoy en día están puestos en tela de juicio por muchos padres y educadores, como el respeto y la obediencia a los mayores, la importancia de las tradiciones familiares y el orgullo de familia (aunque a veces es llevado al extremo), y muestra el peligro de la crítica y de la murmuración, del cotilleo. Las cartas a su padre ponen de manifiesto la delicada conciencia de Emily y su estricto sentido de la justicia.
Emily llevará a Luna Nueva su alegría de vivir, hasta el punto de que sus dos tías se pregunten cómo han podido pasar tantos años sin si quiera conocer a Emily. Al mismo tiempo, contribuirá a aclarar un misterio que disipa las dudas sobre la reputación de la desaparecida madre de su amiga Ilse.