Paidós. Barcelona (2004). 331 págs. 22 €. Traducción: José Miguel González Marcén.
Gilles Kepel, especialista en el mundo islámico, había ya estudiado en «La Yihad» la expansión y declive del islamismo (ver Aceprensa 122/01). Ahora analiza la «fitna», palabra árabe que significa literalmente «disensión interna en la comunidad de creyentes», es decir, lo que el propio autor sugiere en el subtítulo de su obra: «Guerra en el corazón del Islam». Con este ensayo, Gilles Kepel pretende ofrecer un panorama de la compleja diversidad de interpretaciones de los textos islámicos que ha conducido a la «umma» a una espiral de enfrentamientos de los que la violencia que padece Irak no es más que un mero reflejo. En este sentido, la obra de Kepel proporciona numerosas claves para entender desde el fenómeno del terrorismo islamista y su expansión fuera del ámbito islámico («dar el harb») hasta lo que sucede en el interior de este mundo («dar el Islam»), especialmente en Irak y Arabia Saudita a los que dedica sendos capítulos.
Para entender las turbulencias islámicas -la «fitna» que actualmente se desarrolla con mayor o menor intensidad desde Marruecos a Indonesia-, es preciso conocer también su relación con la evolución política y social del mundo occidental -su gran antagonista- y, de manera especial, la «revolución» neoconservadora iniciada a partir de la caída del muro de Berlín y que encarna el presidente George W. Bush, así como las consecuencias de los atentados contra el Pentágono y las Torres Gemelas. De la misma manera se hace imprescindible abrir un gran ventanal al conflicto israelí-palestino, sobre todo a partir de la primera Guerra del Golfo y su influjo en la Conferencia de Madrid y los Acuerdos de Oslo.
A todo ello dedica su atención Kepel, dotado con una lupa de mil aumentos. El mérito de Kepel consiste precisamente en su capacidad para desmenuzar tanta información a su alcance, y en ponerla en relación a través de las pistas que solo un analista avezado como él es capaz de detectar, para que cada cual saque sus conclusiones. En este contexto, considera necesario tener en cuenta lo que él llama «mezcla explosiva» de equívocos -los intereses enfrentados de israelíes y palestinos, los sueños de los islamistas radicales, la inercia de los regímenes árabes más o menos dictatoriales…-, mezcla que es aprovechada por Ben Laden y sus secuaces para llevar la «fitna» al corazón del mundo islámico y ampliar sus bases entre la inmigración islámica en el mundo occidental.
En todo caso, debe tenerse en cuenta que la «fitna» en el mundo islámico no se refleja tan solo en la pugna que mantienen los ideólogos del islamismo radical con los sistemas políticos vigentes y que extienden al «enemigo lejano». El desorden va mucho más allá, dada la tremenda confusión existente entre las múltiples organizaciones emanadas de las enseñanzas rigoristas del wahabismo saudita, que chocan frontalmente con otras interpretaciones más abiertas.
Para Gilles Kepel, la clave está en la batalla que se está dando ya entre los musulmanes residentes en Europa para definir y estructurar un Islam contemporáneo: mientras el mundo árabe sigue sumido en el estancamiento político y cultural que lo condena a la pobreza, la creatividad intelectual y la innovación proceden de un Occidente democrático en el que se integran los hijos y nietos de inmigrantes musulmanes capaces de separar la mezquita del Estado. Esa especie de «islam europeo», dice Kepel, alumbrará una nueva generación de pensadores musulmanes con vocación universal, librados de la sujeción y autoritarismo tanto de los regímenes corruptos como de la doble rebelión promovida por la «yihad» y la «fitna». En otras palabras, Kepel hace profesión de optimismo al creer que de la juventud musulmana educada en Europa saldrá el nuevo rostro de un mundo islámico reconciliado con la modernidad.
Manuel Cruz