El caso del Titanic sirve a los autores para explicar qué se debe hacer y qué se debe evitar para tomar decisiones. La historia de aquel trasatlántico no estuvo determinada solo por la casualidad: fue también, y en mayor medida, la confluencia de numerosas opciones que se hicieron desde mucho antes de la botadura, en el diseño y la construcción del buque, hasta la evacuación del pasaje tras el choque con el hielo. Por eso ilustra tan bien la necesidad de no pretender solo resultados inmediatos, sino prever las repercusiones, y de atender a todos los datos relevantes: o sea, de tener providencia y circunspección, dos de las cualidades de la persona prudente.
Como el libro está escrito sobre todo para directivos, es imperioso advertir que no …
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