Taurus. Madrid (1999). 246 págs. 1.950 ptas. Traducción: Fernando Vallespín.
Asistimos a la marcha triunfal de la democracia. A lo largo del siglo XX, el número de países que han hecho suyo este régimen político se ha multiplicado. Sin embargo, no puede decirse que los ideales democráticos estén plenamente realizados en ninguna parte ni que la democracia obedezca a las mismas reglas en los diferentes países. Robert Dahl, catedrático emérito de Ciencia Política de la Universidad de Yale, es uno de los mejores teóricos contemporáneos de la democracia, a cuya investigación ha dedicado obras como La democracia y sus críticos o ¿Después de la revolución?: la autoridad en las sociedades democráticas.
Recién editado en España, este libro constituye una exposición del ideal al que debe tender una democracia y de cómo son de hecho las democracias existentes. Uno de sus méritos es la claridad. Las cuestiones más fundamentales de teoría política están expuestas de manera que su lectura es comprensible para personas no familiarizadas con los debates teóricos. La obra está dividida en dos partes: una dedicada al ideal de democracia y otra a cómo funcionan de hecho los países democráticos y cómo debe ser la organización política y social de esos países para cumplir todas las exigencias de una democracia.
Tras un sucinto recorrido histórico, el autor establece los cinco criterios que, a su juicio, debe reunir una democracia. A continuación, para justificar este régimen político frente a otros, aduce diez motivos que hacen preferible la democracia, cuya razón de ser es la igualdad política -la «lógica de la igualdad»- entre todos los miembros de la sociedad.
Resulta especialmente interesante la descripción de las instituciones políticas precisas para que exista un gobierno democrático a escala del Estado-nación. Estas instituciones surgen siempre que se dan unas condiciones que el autor considera esenciales (como, por ejemplo, el control del poder militar por los cargos electos) y se fortalecen si se cumplen ciertas condiciones favorables, como puede ser la existencia de una economía de mercado. De todos modos, el matrimonio entre mercado y democracia -señala el profesor de Yale- no es del todo pacífico, ya que las desigualdades que puede originar el mercado representan una amenaza a la lógica de la igualdad propia de la democracia.
El libro de Dahl, además de argumentar el porqué de esta concepción democrática, expone los problemas a los que es preciso enfrentarse, si se desea alcanzar el ideal democrático: las tensiones de un modelo económico que tiende a la desigualdad, la internacionalización de la organización democrática, la diversidad cultural de las sociedades modernas y la verdadera educación cívica de todo el cuerpo social.
Francisco Santamaría