Puede observarse que en la mayoría de los medios de opinión se está confundiendo la verdadera concepción de qué es lo público y qué es lo privado, y de cómo deben relacionarse adecuadamente.
Se entiende lo público como todo lo relacionado con el Estado. Y lo privado, con el Mercado. El Estado es sospechoso de ser mal administrado, y cuando lo es por interés “privado” se habla de corrupción. Los actores del Mercado siempre son sospechosos de actuar solamente por interés propio, sin tener en cuenta al bien común.
En este ambiente de sospecha, corrupción comprobada, y generalización –también por ello- del relativismo, del escepticismo, e incluso del cinismo, se clama por el fortalecimiento de la sociedad civil. También para poder salvar el sis…
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