La «espiral» sigue condicionando, cada vez más, al hombre de hoy. Para Noelle-Neumann, la esencia de la opinión pública reside en que existe un proceso por el cual sociedades y grupos luchan por mantenerse cohesionados. No conocemos mucho sobre ese proceso, pero su clave parece estar en que la gente tiene un miedo natural al aislamiento. Por eso, el hombre se esfuerza indistintamente por estar bien visto dentro de la sociedad para evitar las enemistades y el encerramiento.
La amenaza de soledad surge cuando hay una controversia sobre valores. Los sondeos de opinión muestran que en áreas donde los valores están cambiando, los miembros de una sociedad observan al resto de la comunidad muy atentamente. Aun los más pequeños cambios son percibidos colectivamente por todos los grupos de población. Por eso, cuando una actitud importante relativa a los valores cambia tan sólo en un 3 ó 4% (fenómeno marginal), esto es percibido por la población y reflejado en cambios del 10 ó 20% dentro de nuestro clima de opinión (es decir, lo que se expresa en respuestas a la pregunta periodística de «¿qué es lo que la mayoría de la gente piensa sobre…?»).
«¿Por qué la gente hace ese esfuerzo tan enorme por saber lo que sucede a su alrededor en cuestión de valores?», se pregunta la autora. Su tesis es que la gente trata de evitar el aislamiento en áreas controvertidas. En tales áreas, un proceso se pone en movimiento; es lo que se ha dado en llamar la «espiral del silencio». Aquellos que tienen la impresión, cuando observan el ambiente social, de que sus opiniones y valores cada vez obtienen más apoyo, se sienten confirmados. Estos no temen el aislamiento, expresan sus opiniones ante un público desconocido, y siempre actúan y hablan con seguridad.
Por el contrario, aquellos que piensan que sus puntos de vista están perdiendo terreno, se vuelven más recelosos y caen en el silencio. Debido a que los primeros expresan sus puntos de vista y los segundos se mantienen en silencio, se crea una influencia sobre la forma en que el público percibe la situación. El primer grupo parece tener más apoyo del que realmente tiene, mientras que el segundo parece tener menos.
Es decir, la «espiral» empuja a más gente a expresar la opinión de los que parecen más fuertes, mientras que los que están al otro lado se desaniman y terminan por querer cambiar su opinión.