Ediciones del Bronce. Barcelona (2001). 108 págs. 1.400 ptas. Traducción: Manuel Serrat Crespo.
Tras los trágicos sucesos de Tiananmen, Shan Sa (Pekín, 1973) consiguió abandonar China en 1990 para instalarse en París, donde ha publicado varias novelas y libros de poesía. La Puerta de la Paz Celeste, escrita en francés, recibió en 1998 el premio Goncourt a la mejor primera novela. En ella, con bastantes dosis de autobiografía, se relata la vida de la joven Ayamei, perseguida, como la autora, por su activa participación en la revuelta estudiantil de 1989. La novela comienza con la intervención militar contra los estudiantes y la posterior persecución de los más importantes cabecillas, entre los que se encuentra Ayamei. El teniente Zhao, educado en los principios comunistas, recibe la misión de dar con el paradero de la joven. En su búsqueda, Zhao, un joven inexperto y sensible, pero con escasa formación, encuentra los diarios de Ayamei y descubrirá en el íntimo relato de su pasado y de sus sentimientos una parte de lo que él considera como «el misterio de la vida».
Pero la novela no se detiene ahí sino que, con habilidad, entra en el terreno de lo legendario. Cuando Zhao está a punto de detener a Ayamei en una perdida aldea marítima, ésta consigue huir de nuevo a las montañas. En su fuga, Ayamei revive una antigua leyenda popular muy arraigada entre los campesinos de aquellas tierras.
La novela combina la crítica política y social al régimen comunista con ingredientes que proceden de la milenaria tradición china. En la inteligente mezcla está el atractivo de esta novela.
Adolfo Torrecilla