Gadir. Madrid (2005). 315 págs. 19 €.
Nada mejor que recibir los consejos de un premio Nobel para adentrarse en los entresijos de la labor investigadora. Ramón y Cajal escribió esta sencilla obra con el fin de guiar a aquellos que inicien sus pasos en la aventura del pensamiento. No hay que confiar sólo en la inteligencia. Para llevar una vida de estudio se requiere, ante todo, un método y mucha voluntad. Unas buenas cualidades morales, que se pueden adquirir de manera paulatina, son el requisito necesario para sortear las dificultades y vencer el desánimo. Por eso, Ramón y Cajal señala que hay que cultivar la curiosidad intelectual y perseverar en el estudio.
Estas ideas proceden del discurso que Ramón y Cajal pronunció al ser elegido miembro de la Real Academia de las Ciencias. En ese momento se refirió exclusivamente a la investigación biológica, pero más tarde decidió ampliarlo con consideraciones más generales, aplicables a cualquier campo de pensamiento. Es un buen momento el actual para reeditar y releer este clásico, pues se conmemora el centenario de la concesión del Nobel de Medicina al autor. La lectura es amena porque incluye muchos ejemplos y anécdotas personales.
Josemaría Carabante