Monumental biografía sobre el fundador de la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), don Luigi Giussani (1922-2005). Savorana, periodista, escribe desde el amor y la devoción del discípulo y colaborador de don Giussani, apoyándose en una documentación imponente (cartas, entrevistas, inéditos, testimonios). La biografía llega a España en el décimo aniversario de la desaparición de “don Gius”, y uno de los traductores es quien introdujo el movimiento cielino en España, José Miguel Oriol.
Savorana no solo cuenta la vida de don Giussani, sino decenios de historia, principalmente italiana, marcada por la aplicación del Concilio Vaticano II y la crisis de la sociedad occidental posterior a ese acontecimiento. No en vano, Giussani, ordenado sacerdote por el beato Schuster en 1945, abandonó una prometedora carrera académica para dedicar diez años de su vida a la formación de los estudiantes en el Liceo Berchet de Milán, instituto público de esa ciudad. En 1964 obtuvo la cátedra de Introducción a la Teología de la Universidad Católica de Milán. Por esos años, empezó a tratar a estudiantes universitarios para orientarles y darles una cohesión en torno a lo que sería la matriz de Comunión y Liberación, el grupo Gioventù Studentesca.
La crisis del 68 es también crisis para Gioventù Studentesca y confirmación para don Giussani de lo acertado de su intuición. Efectivamente, el mundo educativo y universitario en particular necesitaba reaccionar frente a las ideologías anticristianas y devolver la presencia de los cristianos al mundo de la educación y al centro de la sociedad civil. Así nace Comunión y Liberación en los años 70, movimiento que surge en Milán y que reconquista las calles de la ciudad Lombarda (con el apoyo de la Madre Teresa en diversas ocasiones) haciendo exclamar a los editorialistas del Corriere: “entonces, ¡los católicos aún existen!”.
Esa presencia del movimiento en la vida social, política y cultural de Italia (basta ver la importancia nacional de los mítines anuales de Rimini) siempre fue orientada por Giussani hacia su verdadera finalidad, Cristo. Don Gius, desde los tiempos de la Gioventù Studentesca, advertía de que la centralidad del Movimiento no era el trabajo social, político o cultural, sino la radicalidad del anuncio cristiano, la figura de Cristo, a quien siempre tuvo como punto de referencia.
La meticulosa biografía explora toda la vida de Giussani y del movimiento sin dejar de lado las críticas, los momentos de oscuridad, las enfermedades, los abandonos, las relaciones con la jerarquía de Milán, con los romanos pontífices (el cardenal Ratzinger presidió el funeral de Giussani) y con el mundo de la política y de la cultura italiana. Una muestra de la importancia de Giussani en su país natal fue la retrasmisión de sus exequias en directo por la primera cadena de la televisión pública.
En definitiva, estamos ante una poderosa biografía que nos acerca a la figura de un sacerdote, intelectual, educador y fundador, clave para entender el desarrollo de la Iglesia católica, sobre todo en Italia, en la segunda mitad del siglo XX.