¿Por qué el amor a lo propio debe llevarnos al odio frente a lo extraño?, se pregunta Rafael Gómez Pérez al inicio de estas páginas. Sabe que en las distintas culturas existen rasgos variables, pero todas tienen, por decirlo así, algo imperecedero e inmutable. Quien ama lo humano no puede dejar de amar esa diversidad de formas, la pluralidad de estilos y el variado cariz de los contornos, pues en todos ellos lo humano destila su riqueza. Nada más alejado, pues, de la multiculturalidad y del igualitarismo cultural que este libro.
Memorias de muchas patrias, que no constituye un ensayo en sentido estricto, se asemeja a los estudios de campo de los antropólogos. Rafael Gómez Pérez penetra en cada una de las regiones españolas, las vive y asimila su cultura, y lo hace con cariño y con bondad, comprendiéndolas desde dentro. No hay espacio para la discriminación, ni para los provincianismos, pero tampoco para la mirada fría del científico social. Se trata, en última instancia, de una recopilación de recuerdos de viajes, con el telón de fondo de las tierras de España.
Tampoco es, advierte el autor en el prólogo, un libro con intenciones políticas, pero el lector puede concluir que es más enriquecedor comprender lo ajeno y abrirse a lo extraño que encerrarse enfermizamente en afirmar lo propio. La experiencia vital del autor nos sirve de testimonio. Durante su vida ha recorrido casi todos los rincones de la geografía española y de todos se ha llevado algo. Nunca este andaluz se ha sentido expatriado.
En el libro se combinan, en definitiva, varios estilos: el libro de viajes, el ensayo cultural, la crítica, la antropología y el folclore…Cada uno de los capítulos, breves y emotivos en algunos casos, se dedica a describir un lugar y a relatar sus vivencias en él. Gómez Pérez indica que aventurarse en otras culturas y otras tierras puede ser un viaje arriesgado, pero resulta mucho más gratificante para el espíritu.