Seix Barral. Barcelona (1996). 219 págs. 1.800 ptas.
Pang-Mei nació en Boston en 1965, descendiente de una familia china tradicional que abandonó el país en 1949 con la llegada de los comunistas. Fue educada según los cánones occidentales, y sólo cuando en la universidad se especializó en Estudios del Oriente Asiático empezó a dar importancia a su condición de china-norteamericana.
El conocimiento de los modos de vida de su país no lo aprenderá en los libros de historia sino a través de su tía abuela, Chang Yu-i, la verdadera protagonista de este libro. Chang Yu-i le cuenta a su nieta su vida, un buen ejemplo de los radicales cambios que se han dado en la vida cotidiana de China a lo largo de este siglo. Ella es consciente de que nace en un tiempo de cambios que echarán por tierra muchas de las costumbres que no tuvo más remedio que aceptar, aunque la propia Chang Yu-i empezó a abandonar algunas. Por ejemplo, se opuso a vendarse los pies, símbolo máximo de la belleza femenina, y se preocupó por su formación intelectual, algo impensable entre las mujeres chinas y que tuvo que hacer compatible con las exigentes enseñanzas de Confucio. Sin embargo, su fracasado matrimonio con el poeta Hsü Chi-mo provocará un radical cambio en su vida. A la vez que se cuenta la historia de Chang Yu-i, la autora ofrece su propia biografía, ejemplo también del modo de vida y la educación que recibe «la primera generación de mi familia nacida en Estados Unidos».
A pesar de que la autora aborda un tema ya muy explotado literariamente -El Club de la Buena Estrella,de Amy Tan o Cisnes salvajes, de Jung Chang-, estas dos biografías llaman la atención por su verismo, especialmente la de la tía-abuela. Conocer de primera mano la historia de la familia le sirve a Pang-Mei para profundizar más en sus raíces y comprender no sólo la realidad china sino también la vida de tantos compatriotas que viven fuera de su país.
Adolfo Torrecilla