Por amor a la patria. Un ensayo sobre el patriotismo y el nacionalismo

TÍTULO ORIGINALFor Love of Country

GÉNERO

Acento Editorial. Madrid (1997). 240 págs. 1.995 ptas. Edición original: Oxford University Press (1995). Traducción: Patrick Alzaya.

El autor, profesor de Teoría Política en la Universidad de Princeton, intenta en este ensayo romper lanzas por el patriotismo, en un más que interesante repaso histórico de los orígenes y evolución del concepto. Analiza no tanto el patriotismo que podríamos denominar natural, vínculo con la tierra nativa y entendido como lugar en la memoria, sino el político, el que surgió en Grecia y Roma y fue luego estandarte de las repúblicas italianas renacentistas; el que se refiere a la libertad común y al compromiso con el bien público, así como a la igualdad civil y política y al respeto por las leyes que la hacen posible.

Esta noción, bastante clara hasta finales del XVIII, se desdibuja cuando el amor a la patria del hombre libre se sustituye por la lealtad a la nación, cuando nacionalismo y patriotismo se utilizan como sinónimos. Y es que el nacionalismo es un fenómeno político e histórico con características muy distintas: lo importante no es ya la libertad, sino la unidad cultural y espiritual del pueblo. El nacionalista persigue la unicidad etnocultural, y es por tanto excluyente: tiene destino, y en ocasiones hasta misión, y cuando desconecta la exaltación de la cultura nacional de la libertad, la convierte en un afecto innoble. En cambio, el patriotismo es inmune a todas esas preocupaciones y miedos sobre el entorno y la historia étnica de los pueblos.

A finales del siglo XIX se produce otro fenómeno relevante: el patriotismo es absorbido por la derecha conservadora, mientras que los liberales y la izquierda quedan fijados en el internacionalismo y el pacifismo. Se plasman entonces clichés que se reforzarán con el auge del fascismo en los años treinta y las dos guerras mundiales.

El concepto de patriotismo clásico político prácticamente desaparece, excepto en los Estados Unidos, donde la ausencia de tradición impide, digamos que casi físicamente, la tentación nacionalista. En los últimos años el debate sobre la ciudadanía constitucional de Habermas (ver servicio 100/97) está abriendo las puertas a una nueva definición de patriotismo, con interesantes análisis sobre los valores de la lealtad y la solidaridad como fundamento de las sociedades democráticas.

Para Viroli, «la observación de que el patriotismo está destinado inevitablemente a producir fanatismo, intolerancia y militarismo, es correcta para otros tipos de patriotismo, pero no es aplicable al patriotismo de la libertad por que se aboga en este libro». Un patriotismo que no reclama abnegación heroica ni requiere homogeneidad cultural o étnica, pero que sí lleva a los ciudadanos a recuperar el sentimiento de compromiso público y a estar atentos a prevenir y refutar las amenazas a la libertad que se producen en nuestras sociedades.

Antonio del Cano

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