El terror es, sin duda, un género que se puede llevar genial con las PS VR, pues ¿qué hay más terrorífico que ver en 360º horrendas criaturas y escenarios angustiosos y oscuros? La clave es sencilla: después de la tranquilidad, siempre, siempre llega la tempestad.
The Persistence nos lleva a una nave que está atascada a las puertas de un agujero negro y nosotros debemos volver a ponerla en marcha. Pero no va a ser nada sencillo, ya que no somos los únicos que estamos en la nave: está llena de monstruos que no van a dudar en atacarnos a la mínima que nos vean o sientan cerca. Sí, tendremos armas y útiles a nuestra disposición para hacerles frente, pero podemos garantizar que el conflicto directo casi nunca es la mejor opción, pues no somos soldados, sino civiles. Es mejor el sigilo y pasar desapercibidos (la eterna influencia de Metal Gear Solid vuelve a hacerse presente, aunque en aquel sí que éramos soldados).
En todo caso, lo que hace único a este juego son dos características muy agradecidas: cada vez que morimos el juego se resetea y tenemos que volver a empezar, sin ningún arma ni ítem que hayamos logrado antes, pero con nuestro personaje más fuerte y más curtido. Además, la nave se reconfigura aleatoriamente, por lo que aprender de memoria el recorrido es inútil.
Sin duda, la ambientación, que bebe de grandes clásicos como Dead Space y Alien: Isolation, está genialmente lograda y las criaturas son realmente terroríficas, más aún con la sensación de agobio que proporcionan las VR. Apenas hay música pero tampoco hace falta: el silencio y los ruidos que desprende la nave son más que suficientes para hacérnoslo pasar muy mal (siempre que tengamos unos cascos de calidad).
Hay también una app para móviles y tablets que permite que un segundo jugador controle la nave y nos ayude o dificulte el avance, pero por motivos que desconocemos no hemos sido capaces de conectarla con la partida.
Debemos destacar otras dos pegas muy importantes: la falta de compatibilidad con el mando Aim Controller, que habría añadido un punto muy grande de inmersión, y la falta de doblaje al castellano, lo que hace necesarios los subtítulos que, si no miramos siempre de frente, no veremos.
En todo caso, nos encontramos con un juego de alta duración, gracias a su gran dificultad, y una experiencia realmente inmersiva que encantará a los fans del género siempre que estén armados de paciencia, ya que morir una y otra vez es parte de la gracia. Firesprite ha logrado un juego muy recomendado, siempre que se sea mayor de edad, para los que buscan una apuesta muy buena para PS VR.