La infancia del futuro tendrá un rostro sobre todo africano. En 1950, solo uno de cada diez niños del mundo vivía en África; en cambio, en 2050, el 37% de todos los menores de 18 años serán africanos.
Las implicaciones de este crecimiento de la población infantil para África y para el resto del mundo han sido examinadas en el informe Generation 2030 Africa, publicado por UNICEF el pasado agosto. Estas son algunas de las tendencias observadas:
La población africana es más joven que la del resto del mundo. El 47% de la población africana tiene menos de 18 años. Y en quince países del continente la proporción supera el 50%. En consecuencia, para mediados de este siglo, la edad media de la población africana será de 25 años, mientras que la del conjunto mundial habrá subido a 36.
La mortalidad de los niños africanos por debajo de cinco años ha pasado de ser uno de cada seis en 1990 a uno de cada 11
Casi mil millones de niños vivirán en África hacia mediados de siglo. En 2050, el 41% de los nacimientos, el 40% de los menores de cinco años y el 37% de los menores de 18 serán africanos. Y su población total de menores de 18 años aumentará de los 547 millones en 2015 a 909 millones en 2050.
Nigeria es el país que experimentará el mayor crecimiento, en números absolutos, de menores de 18 años, de modo que para 2050 uno de cada cinco niños africanos será nigeriano. Otros notables aumentos de la población de esta edad se producirán en Tanzania, en la República Democrática del Congo y en Níger.
El aumento de mujeres en edad de concebir y la alta fertilidad impulsan el crecimiento. El aumento de nacimientos en África es consecuencia de que el número de mujeres en edad de concebir se ha multiplicado por cinco desde 1950, hasta 280 millones en2015. A esto hay que unir una fecundidad más alta: la mujer africana tiene una media de 4,7 hijos, muy por encima de la de Asia (2,2) y la del conjunto del mundo (2,5).
Aunque el ritmo de crecimiento demográfico será más lento, la población total de África –según las últimas proyecciones de la División de Población de la ONU– pasará de los actuales 1.200 millones a casi 2.400 en 2050.
La esperanza de vida de los niños africanos ha crecido notablemente. También hay más niños africanos porque mueren menos. La mortalidad de los niños por debajo de cinco años ha pasado de ser uno de cada seis en 1990 a uno de cada 11 hoy día. La esperanza de vida al nacimiento en África que en los años 50 era de 40 años, ahora es de 58 años, lo que supone un gran avance, aunque todavía 12 años por debajo de la media mundial.
En 2050, el 37% de los menores de 18 años serán africanos
África tiene la más alta tasa de dependencia infantil. Como consecuencia de su floreciente natalidad, África tiene la más alta tasa de dependencia infantil –73 niños menores de 15 años por cada 100 personas en edad laboral–, casi el doble que la tasa mundial. Esta ratio irá disminuyendo regularmente, a medida que baje la fecundidad y aumente la población en edad de trabajar. Por el contrario, la tasa de dependencia de población de más edad –mayores de 65 años respecto a la población en edad de trabajar– crecerá lentamente desde 6 a 9 en 2050, el nivel más bajo de todo el mundo.
Dividendo demográfico. El informe de UNICEF hace notar que esta evolución de la población africana da al continente una buena oportunidad para obtener en este siglo un “dividendo demográfico”: al expandirse la población en edad de trabajar y reducirse las tasas de dependencia, puede surgir un periodo de rápido y sostenido crecimiento económico, como ya sucedió en otras regiones.
Pero la consecución de este dividendo demográfico exige invertir ahora en esos niños, especialmente los más desfavorecidos, para que puedan ser mañana los agentes que rompan el ciclo de pobreza y falta de equidad.
En particular, sería prioritario facilitar la educación de las niñas. Actualmente, las mujeres africanas son las que presentan más altas tasas de fertilidad en la adolescencia (98 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15-19 años), más del doble de la tasa mundial (45). Para reducir esa tasa, habría que terminar con los matrimonios de mujeres de menos de 18 años. La experiencia demuestra que las mujeres que han recibido más educación, se casan más tarde, espacian más sus nacimientos y es más probable que consigan que sus hijos permanezcan en la escuela.
En estos días la epidemia de ébola en algunos países del continente parece asociar las imágenes de África y muerte. Pero de África viene sobre todo la vida, con esa abundancia de niños que aparecen en las fotografías de cualquier calle africana.