Desde hace unas semanas Nelson Mandela ha estado presente en todos los medios de comunicación sudafricanos y del mundo debido a su frágil estado de salud. El 18 de julio cumple sus 95 años y aquí en Sudáfrica es un motivo más de alegría y de agradecimiento a este hombre que ha hecho tanto por su país.
Muchas personas desfilan frente al hospital donde está internado para mostrarle de diferentes maneras su gratitud y aprecio: flores, pancartas y, lo que es más conmovedor, cada día se congrega un buen número de personas para rezar por Madiba (nombre dado por sus padres) sin distinciones de credos ni de raza, otra manifestación gráfica de lo que este hombre ha logrado.
Los años trascurridos tras el paso a la democracia han demostrado que Mandela ha desempeñado un papel singular en la historia de los sudafricanos, no solamente en la política del país –siempre intentando unir y defendiendo la paz para poder construir–, sino también con su personalidad. Un hombre líder entre muchos por saber valorar a los demás y por saber liderar con humildad.
En julio de 2008 tuvo lugar la celebración de su 90 cumpleaños en Londres. Allí se decidió comenzar a celebrar el día de su nacimiento pidiendo a la gente que dedicara 67 minutos de su tiempo a ayudar a la comunidad en cualquier organización de beneficencia que uno elija. Es para conmemorar los 67 años de servicio público de Mandela, incluidos los 27 que pasó en la cárcel por defender la dignidad de todos los sudafricanos. En noviembre de 2009 Naciones Unidas declaró el 18 de julio “Nelson Mandela International Day”, en reconocimiento de su contribución a una cultura de paz y libertad.
Desde entonces en Sudáfrica se prepara con antelación este día de gran festejo con distintas actividades que beneficien a la comunidad y se inspiran en los 67 modos de movilizarse y suscitar el cambio, que son aplicables a muchas otras naciones.
He aquí algunas sugerencias que propone la web del Nelson Mandela International Day:
– Hazte un nuevo amigo. Conoce alguien con una situación sociocultural diferente a la tuya. Solo con mutuo entendimiento podremos combatir la xenofobia y la intolerancia.
– Muchos enfermos terminales no tienen nadie con quien hablar. Toma un rato de tiempo para llevar un poco de alegría a sus vidas.
– Entrena en alguna actividad extracurricular de alguna escuela. También puedes ofrecerte como voluntario de alguna actividad extracurricular que la escuela no ofrezca.
– Si tocas un instrumento, visita alguna residencia de ancianos y pasa una hora tocando para los residentes y el personal.
– Conoce la historia de alguien mayor que tú. A menudo se olvida que las personas mayores tienen una riqueza de experiencia y sabiduría y una historia interesante que contar.
– Organízate con algunos amigos para limpiar el parque local, río, playa, calle, plaza o instalaciones deportivas. Nuestros niños tienen derecho a crecer en un medio ambiente limpio y saludable.