Con los estantes de todo el planeta ya repletos de mercaderías chinas fabricadas a costos mínimos, el gigante asiático ha tomado nota de los límites de su modelo de crecimiento y puesto la mirada en un potencial consumidor mucho más cercano: su propia población rural.
Para convertir a unos cuantos millones de personas en consumidores activos de bienes y servicios, Pekín ha diseñado un gran plan para que millones de residentes del ámbito rural se trasladen hacia las ciudades, motores de la demanda interna. Pero ello precisa inversiones ingentes y emprender algunas modificaciones en el arcaico sistema de registro de residencia –el denominado “hukou”– que prácticamente encadena al ciudadano a su lugar de nacimiento.
El mecanismo, creado por Ma…
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