Cada vez más empresas, incluso a pesar de la crisis, realizan actividades benéficas de forma corporativa. No se trata solo de altruismo: el voluntariado capacita a los empleados, los ayuda a trabajar en equipo y revaloriza el prestigio de la entidad.
Frente al tópico de presentar el mundo empresarial como un territorio de tiburones sin escrúpulos, la realidad del voluntariado corporativo -organizado y financiado por la empresa- cobra fuerza año por año. El Informe de voluntariado corporativo en España. 2010, realizado por la ONG Cooperación Internacional y el IESE Business School, vuelve a registrar un aumento en el porcentaje de empresas que promueven este tipo de actividades. De las encuestadas, un 65% ya lo hacen y casi un 95% manifiesta intención de realizarlo a corto o medio plazo.
Ni siquiera el escenario de crisis ha logrado frenar el avance de este tipo de voluntariado, aunque su efecto se ha hecho notar en algunos puntos: el sector de la construcción había sido tradicionalmente el más activo, pero ahora ocupa el séptimo lugar. En cabeza están la banca -aunque hay que recordar que las cajas deben destinar por ley parte de sus ingresos a actividades de interés social-, el sector de la alimentación y el tabaco, y el de las telecomunicaciones.
También la crisis parece estar detrás de un dato significativo: de las empresas que no realizan voluntariado actualmente, muchas reconocen su interés por empezar a hacerlo, pero muy pocas a corto plazo. Las perspectivas económicas no favorecen el altruismo.
Pese a todo, el voluntariado corporativo no pretende suponer un agujero negro para la empresa, sino que busca ser, si no rentable en términos estrictamente económicos, sí al menos sostenible. De hecho, las propias empresas citan, entre los factores que facilitan el desarrollo de este tipo de voluntariado, que se evalúe su rendimiento a través de un ROI -informe sobre el retorno de la inversión, en sus siglas inglesas-, instrumento típicamente empresarial. No obstante, se admite a la vez que la mayor parte de los beneficios que reporta el voluntariado son claramente intangibles, aunque ya hay empresas que están desarrollando sus propios mecanismos de evaluación.
La mayor parte de las empresas que realizan voluntariado corporativo tienen más de 500 empleados, de los que una media del 5% participa en estos servicios, dedicando entre una y cuatro horas anuales. Sin embargo, se aprecia una tendencia esperanzadora: en las empresas que llevan realizando voluntariado desde hace más de nueve años -un 5,8% de las encuestadas-: esta actividad se ha consolidado e involucra actualmente a más del 40% de la plantilla.
El gran problema con el que se enfrenta el voluntariado de empresa es el horario: a día de hoy son más las que lo ofrecen fuera del horario laboral. A este respecto, ha tenido éxito la modalidad de ofrecer a los familiares del empleado que participen con él en la actividad de voluntariado, de forma que dicha actividad no le quita tiempo de vida en familia, y resulta una buena forma de fomentar el compromiso y la solidaridad en los hijos.
Sin embargo, el voluntariado corporativo aporta otros beneficios estrictamente comerciales: según los encuestados, ha favorecido el orgullo de pertenecer a la empresa, el trabajo en equipo y la adquisición de ciertas habilidades y competencias que le ayudan en su trabajo, todas ellas formas de retorno de la inversión (ROI).