(Actualizado el 16-07-2020)
A juzgar por sus declaraciones fiscales, los colosos de la tecnología no van muy bien en Europa. En Gran Bretaña, Google facturó el año pasado más de 4.000 millones de libras, pero ganó apenas 40 millones. Y en España tiene pérdidas. Menor aun es el margen de Amazon Europa: solo 28 millones de euros de beneficios con unas ventas totales de 9.100 millones. En Gran Bretaña, donde más negocio tiene, su resultado fue de unos ocho millones y medio.
Tan modestas ganancias suponen impuestos poco elevados. De eso se trata, precisamente: la estructura de esas y otras multinacionales está pensada para aliviar lo más posible la carga fiscal. Todas usan más o menos los mismos procedimientos, a los que se ha dado en llamar “irlandés doble” y “sandwich holandés”.
Primero, atribuyen la mayor parte de los ingresos a filiales domiciliadas en algún país con un impuesto de sociedades más bajo. Irlanda es el preferido: exige el 12% de los beneficios, mucho menos que España (35%), Francia (33%) o Gran Bretaña (23%).
Muchas multinacionales atribuyen la mayor parte de sus ventas a filiales de países con bajos impuestos
Para que las ganancias se registren en la filial que más conviene, las otras operan como intermediarias o prestadoras de servicios para su hermana. Por ejemplo, cuando un anunciante alemán acude a la rama nacional de Google para adquirir espacios publicitarios, en realidad contrata con la rama irlandesa. La alemana simplemente cobra a esta por ponerla en contacto con el cliente. O si un inglés hace un pedido a Amazon.co.uk, aunque los artículos salgan de un almacén británico y los entregue Royal Mail, en realidad él compra a Amazon de Luxemburgo. Los iPad son vendidos por Apple Irlanda [*]. El café que sirve un Starbucks de Londres hay que comprarlo a Starbucks de Suiza, y además hay que pagar derechos por el uso de la marca y el logotipo a Starbucks de Holanda. Prácticas similares siguen Dell, Yahoo! y otras multinacionales.
Los impuestos se pueden reducir aun más si la filial irlandesa tiene que pagar derechos a otra, domiciliada en un paraíso fiscal, a la que previamente se transfirió la propiedad intelectual. Las islas Bermudas, Bahamas o Caimán no tienen fama de punteras en I+D, pero empresas radicadas en ellas poseen un asombroso número de patentes. Por esta vía, Apple ha llegado a acumular en las Bermudas 82.600 millones de dólares, y Google, 24.800 milllones. Según la ONG Action Aid, todas menos dos de las cien empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Londres tienen filiales en paraísos.
Legal, pero ¿inmoral?
Todo eso es legal. Pero, como dijo al representante de Starbucks la presidenta de una comisión parlamentaria británica, “no les acusamos de hacer nada ilegal, sino de obrar de modo inmoral”. La comisión llamó a declarar a varias multinacionales en noviembre pasado, con intento de avergonzarlas aireando sus trucos para evadir impuestos. Algo ha conseguido ya: Starbucks, que en catorce años de actividad en Gran Bretaña ha pagado 8,6 millones de libras en impuesto de sociedades, a principios de diciembre anunció que en el próximo año dará voluntariamente al fisco 10 millones más de lo que le corresponda según la ley.
Todas menos dos de las cien mayores empresas que cotizan en la Bolsa de Londres tienen dinero en paraísos fiscales
Otras haciendas públicas discuten las cuentas de las multinacionales estadounidenses. La francesa reclama a Amazon 190 millones de euros; la australiana, casi 30 millones de dólares a Apple; la española ha ganado una demanda contra Dell. Desde el punto de vista de estos países, hay una falta de equidad. Apple, según su propio cierre del último ejercicio (2011-2012), pagó en impuestos el 25,2% de sus beneficios en Estados Unidos, y solo el 1,9% de los que obtuvo en el resto del mundo. Google, que también paga casi todos sus impuestos de sociedades en su país (el 90% en 2011), lo justificó en la comisión parlamentaria británica alegando que el valor añadido de su actividad es aportado por sus ingenieros en Mountain View (California).
Pero ya hemos visto que ni Apple ni Google repatrían todos los beneficios que obtienen en el extranjero, para no tener que pagar el 35% al fisco estadounidense. Por eso también suscitan quejas en casa. La ONG norteamericana Citizens for Tax Justice calcula que las multinacionales del país tienen un billón y medio de dólares en el Caribe y otros paraísos.
¿Es posible evitar todas esas artimañas, que son legales? Por una parte, existen gracias a la libertad de comercio y de circulación de capitales, cosas que a fin de cuentas tienen más ventajas que inconvenientes. Pero también se deben a los gobiernos, y no solo los de edenes caribeños. Pese a la indignación con Starbucks y demás, Gran Bretaña ofrece grandes deducciones a millonarios extranjeros para atraer su dinero, y ha bajado el impuesto de sociedades del 26% al 23%. Y si Starbucks lleva ingresos a Holanda, es porque el gobierno de este país le ofreció a cambio una rebaja de impuestos.
Los Estados compiten por las inversiones y los tributos de las empresas. Bajar la tasa es una de sus principales armas: así reciben ingresos que de otro modo no tendrían. Naturalmente, Irlanda se queda con el 12% privando del 23% a Gran Bretaña.
Por su parte, las multinacionales buscan las mejores ofertas que hay en el “mercado fiscal”. No es necesario concluir que para ellas el dinero no tiene patria. Simplemente hacen como cualquiera con posibilidad de elegir. Como, por ejemplo, el famoso actor ruso residente en Bélgica Gérard Depardieu.
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[*] N. de la R., 16-07-2020: En 2016, la Comisión Europea dictaminó que el trato fiscal dado por Irlanda a Apple era contrario a la libre competencia y ordenó que la compañía pagara a la república irlandesa 13.000 millones de euros en impuestos debidos. Tanto Apple como Irlanda se opusieron, y la compañía recurrió la decisión. El 15-07-2020, el Tribunal General de la Unión Europea falló a favor de Apple, por estimar que la Comisión no había probado que Irlanda le diera un trato de favor.
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