La junta general de accionistas de Citigroup rechazó el pasado 17 de abril la propuesta de retribución a los cinco máximos directivos, por considerarla excesiva. El voto no es vinculante, pero sí significativo, pues es la primera vez que se da en una gran multinacional (Citigroup es la mayor empresa de servicios financieros del mundo). En la votación participaron el 75% de los accionistas, y la mayoría en contra fue del 55%.
La opinión contra las elevadas remuneraciones a los directivos, no siempre proporcionadas a los resultados de las empresas y en rápido crecimiento desde los años noventa, se reforzó tras el comienzo de la presente crisis en 2008. Citigroup fue una de las empresas rescatadas con créditos del gobierno norteamericano. Pasado el peligro, el consejo de administración propuso pagar más a los directivos este año. En el caso del presidente, Vikram Pandit, el plan era darle 15 millones de dólares, más del doble que en 2011 (1,67 millones de sueldo y 5,3 millones en incentivos).
A los accionistas el aumento les pareció excesivo, en especial porque el plan de retribución propuesto no ponía condiciones muy rigurosas de resultados en Bolsa para cobrar los incentivos. En el último decenio, Citigroup se ha distinguido entre los grandes bancos norteamericanos por la mala cotización de sus acciones y los altos sueldos de sus directivos, según dice el analista Mike Mayo al New York Times.
En cambio, el consejo de Citigroup y algunos fondos de inversión con grandes paquetes de acciones, consideran justificada la subida. Alegan que en 2011 la empresa aumentó los ingresos netos un 4%, hasta 11.100 millones de dólares. Y recuerdan que en los tiempos duros (2009 y 2010), Pandit aceptó trabajar sin cobrar más que un salario simbólico de un dólar anual.
La consulta a los accionistas sobre la paga a los directivos está impuesta en Estados Unidos por la ley Dodd-Frank, de 2010. La obligación incumbe a las compañías que cotizan en Bolsa. Es muy raro que el accionariado vote en contra: el año pasado, eso solo ocurrió en el 2% de los casos.
También en Gran Bretaña está en vigor la misma norma, aprobada hace diez años. Este año, se mirarán con lupa las retribuciones a los directivos de Royal Bank of Scotland y Lloyds, rescatados por el gobierno, que posee el 82% y el 40% respectivamente. En la junta general de Lloyds, que se celebrará el mes próximo, se esperan quejas de una parte del accionariado por ese motivo (el presidente cobra el equivalente de 27 millones de dólares).
“Muchos inversores creen que la paga de los ejecutivos se ha salido de madre –dice al New York Times Colin Mayer, profesor de Empresa en la Universidad de Oxford–. Va a haber un sostenido aumento de activismo de los accionistas, que exigirán más voz en la forma de calcular las remuneraciones. Los sueldos de los directivos dependerán más de la evolución fundamental de las empresas”.