Guatemala.—Una encuesta realizada por la Fundación SM ha dado lugar al estudio Jóvenes en Iberoamérica 2021, en el que se intenta mostrar una panorámica de sus prioridades, sus anhelos, sus miedos y sus preocupaciones. Es una interesante visión de lo que la juventud de hoy dice valorar.
El estudio adolece de limitaciones de representación, pues quedan fuera de la encuesta muchos países, entre ellos todos los de la región centroamericana. Concretamente, la muestra está compuesta de 13.500 jóvenes, de 15 a 29 años, de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, México, Perú, Puerto Rico y República Dominicana.
El estudio sintetiza los resultados de la encuesta por países para luego analizarlos y compararlos de manera global. El cuestionario comprende siete áreas: marco político y social; visión de los jóvenes sobre asuntos públicos; ocupación; uso del tiempo libre; posturas sobre temas éticos y sobre la igualdad de género; religiosidad; y migraciones. Con esos temas el estudio pretende captar la forma en que la juventud ve el mundo.
Las conclusiones muestran diferencias significativas por países en algunos temas, como el deseo de migrar o el grado de libertad que los jóvenes dicen tener. Sin embargo, en la mayoría de los temas se aprecia una visión generacional. Resalta el valor que dan a la familia y a la educación, así como la desconfianza ante la política y las instituciones. También destaca la importancia que otorgan a la diversidad de orígenes, culturas y religiones. Por otro lado, la mayoría de los jóvenes optan por pasar el tiempo libre, en buena medida, en espacios privados y cada vez más tecnológicos.
Sus prioridades vitales
El 90% de los jóvenes encuestados señalan a la familia y la educación como sus prioridades vitales. También puntean alto la salud y el medio ambiente y, en el extremo opuesto sitúan la religión y la política. Como principales preocupaciones, los jóvenes mencionan la incertidumbre ante el futuro, las malas perspectivas laborales y las desigualdades sociales y económicas.
En el ámbito de la familia y la pareja, en general demandan más conocimientos sobre salud sexual y reproductiva, especialmente en cuanto a la prevención de enfermedades y a métodos anticonceptivos, así como formación sobre amor y relaciones sentimentales.
Muchos describen a los de su propia generación como “demasiado preocupados por su imagen” y “consumistas”
La preocupación por la educación se presenta particularmente aguda para muchos jóvenes que deben dejar de estudiar. Al preguntarles por el motivo del abandono, la mayoría señala la necesidad de trabajar y la falta de capacidad económica para costearse la formación.
Autocrítica
Al preguntarles cómo se perciben a sí mismos, manifiestan una visión crítica de su propia generación. Así, aunque la mayoría se definen como rebeldes, por otra parte se consideran individualistas, y también menos felices y menos comprometidos con la justicia y la igualdad que los jóvenes de épocas anteriores. Muchos describen a los de su propia generación como “demasiado preocupados por su imagen” (el 45,5% de los encuestados) y “consumistas” (38,5%). Estos porcentajes están por encima del 60% en España y son significativamente más bajos en algunos países como Perú, Ecuador o República Dominicana.
Los jóvenes prefieren disfrutar del ocio fuera de lugares públicos y con medios audiovisuales. Las actividades que más buscan son aquellas que requieren pocos recursos y que no exigen mayor formación cultural. El tiempo que pasan en Internet lo dedican principalmente a redes sociales (64%), mensajería (49%) y video (33%). Las ofertas que menos les atraen son apuestas en línea y búsqueda de pareja.
Fuera de Internet, los jóvenes prefieren escuchar música, ver televisión, encontrarse con amigos y ver series. Resalta su interés y aprecio por la lectura: el 62% afirma que disfruta de los libros. Los españoles son los más lectores, mientras que los mexicanos son los que menos leen.
Desencantados de la política
Los jóvenes no se sienten escuchados por los políticos (una opinión sorprendentemente unánime), desconfían de las instituciones y se muestran críticos con la calidad de la democracia en sus países. El grado de confianza que tienen en las instituciones políticas y sociales de sus países, únicamente en México alcanza un grado razonable, donde el 50% respondió que confía algo o mucho. El siguiente es Brasil, con 31%, y en todos los demás países, la proporción está por debajo del 24%.
En cuanto a la confianza en la justicia, en ninguno de los países pasa del 50%, y en muchos casos están por debajo del 20%. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados no cree que sus países sean suficientemente democráticos. Los peores evaluados fueron Perú, Ecuador y Colombia. En el extremo opuesto están México y España.
También es mayoritario el sentimiento de falta de libertad, salvo en España, México y República Dominicana, donde consideran tener un nivel adecuado de autonomía (o incluso demasiada, dicen algunos).
Muchos jóvenes dicen conocer de cerca distintas formas de violencia. El 55% de los chilenos declaró haber sufrido o presenciado agresiones físicas por parte de amigos o conocidos, porcentajes casi iguales comunican los de República Dominicana (54%) y Argentina (53%). A la vista de las respuestas de los jóvenes, la violencia en el seno de la familia es más frecuente en República Dominicana, seguida de Argentina y Perú. El maltrato en la escuela y el trabajo fue declarado principalmente en Argentina (46% de los encuestados). Los que dicen haber sido testigos de violencia policial son mayoría en Chile, el 56%, y más del 40% en República Dominicana y Argentina.
Diversidad y migración
Una clara mayoría de jóvenes, el 64%, valoran positivamente la diversidad étnica, cultural y religiosa. Quizá por ello se muestran críticos con el trato que se dispensa a los inmigrantes en sus países: el 24% percibe indiferencia o desconfianza, y solo el 14% lo considera correcto.
A la vez, muchos jóvenes están interesados en migrar a otros países, en busca de mejores condiciones de vida: el 42% de los argentinos, el 29% de los peruanos, el 24% de los chilenos. Brasil tiene la juventud más reticente a emigrar: solo un 2% se ha planteado vivir en otro país.