La soledad no es buena consejera, y en sitios como Japón lleva, en ocasiones, a vérselas con la ley. Según un reporte de la cadena nacional NHK, de 2019, los hechos delictivos cometidos por mujeres ancianas se estaban disparando, en buena medida, por el cada vez mayor número de ellas que vivían solas: cuatro millones, el doble que el de sus pares varones.
“Se espera –apuntaba entonces el reportero– que la tendencia se incremente, dada la mayor expectativa de vida de las mujeres respecto a los hombres y el hecho de que también crece el número de divorciadas y solteras”. Muchas lo harán, en todo caso, porque les compensa ir a prisión: vivir solas implica que las cuentas no dan para llegar a fin de mes, mientras que estar tras las rejas es as…
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