El temor a las fake news y a su potencial desestabilizador se ha extendido en la opinión pública. Medios de comunicación, gobiernos, gurús de Internet… todos dan la voz de alarma, a la vez que se acusan mutuamente de fomentarla o de permitir su extensión. Por otro lado, la inquietud generada por determinados escándalos y sospechas de manipulación, junto con la opacidad de la propia tecnología (algoritmos, big data, bots) y de los propios gigantes de las telecomunicaciones (Google, Facebook...) hacen de las noticias falsas ese fantasma que, precisamente por su invisibilidad, se cree ver en todos los sitios.
No resulta fácil ponerle el cascabel a este gato tan esquivo. Las fake news son un fenómeno complejo de cuantificar. En primer lugar, po…
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