Partiendo de la definición de “feminista”, Tish Harrisson Warren, columnista del New York Times, alerta en un artículo que el movimiento feminista ha centrado la mayor parte de sus esfuerzos en la lucha por el libre acceso de la mujer al aborto, y defiende que el movimiento feminista necesita de mujeres provida en sus filas.
Una “feminista” es alguien que piensa que las mujeres han sido oprimidas y siguen estando oprimidas, y que eso está mal. Pero el movimiento feminista actual, sobre todo en EE.UU., ha convertido en centro y eje de su lucha el acceso al aborto, olvidándose de abarcar otras causas muy necesarias. “Si para ser feminista uno no puede simplemente estar en contra de la opresión de las mujeres, sino que también debe defender el aborto u otras causas progresistas de izquierda, entonces el feminismo no existe realmente como movimiento. Es simplemente el progresismo proaborto comercializado para mujeres”, afirma en la columna.
Eso debilita la causa feminista porque excluye a muchas mujeres, especialmente a las más jóvenes, que están comprometidas tanto con la protección del no nacido como con el empoderamiento de la mujer. Según estudios recientes, una gran minoría (43%) de las mujeres encuestadas se identifican como provida. “Esto no significa que estas mujeres rechacen las causas vitales del feminismo; sin embargo, a menudo son excluidas y alienadas por el movimiento feminista actual”, escribe Harrisson Warren.
“Las mujeres provida deben ser incluidas dentro del movimiento feminista precisamente porque todavía hay mucho que mejorar para las mujeres”: pobreza, desigualdad salarial, violencia de género, abusos sexuales, acceso a la educación. “Esto está mal y necesitamos formar una coalición amplia y diversa para defender a las mujeres. Si el movimiento feminista expulsa a los millones de mujeres que se oponen al aborto, no lograremos abordar estos otros problemas graves”.
Según escribe, las feministas que están a favor de la vida y del derecho a decidir pueden y deben encontrar un terreno común para mejorar la vida de las mujeres. Los grupos provida deben apoyar a las mujeres e impulsar políticas que faciliten el parto y la crianza de los hijos, y las feministas pro-choice deben priorizar los muchos otros temas importantes que afectan a las mujeres además del aborto.
Harrisson Warren concluye que “si queremos mejorar los complejos problemas que enfrentan las mujeres en todo el mundo, necesitamos recuperar el arte de construir coaliciones a través de profundas diferencias. Las necesidades de las mujeres son urgentes y no podemos abordarlas si el feminismo se convierte en una lucha por un único tema”.
Un comentario
¡Qué esperanza leer artículos como éste!
A los que vemos tan claro el valor de cada vida, nos cuesta entender que a los demás les cueste tanto.