Torres Bosco (Milán), Stefano Boeri Architetti
A la vez que cada año aumenta la temperatura de las aguas heladas de Groenlandia, algunas de nuestras grandes urbes se convierten en auténticos hornos: espacios sobrecalentados –prácticamente inhabitables– en los que se produce el llamado efecto “isla de calor”.
Este fenómeno consiste en una acumulación calorífica en suelos y paredes durante el día, que impide –por la lenta irradiación nocturna– el enfriamiento de las zonas urbanas más densas. Hay ciudades del mundo, como Karachi (Pakistán), con más de 15 millones de habitantes, que han soportado en los últimos años temperaturas superiores a los 45 grados.
Estos sucesos han propiciado que se empiece a estudiar a fondo cómo enfriar las ci…
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