La clásica escena de una taberna del Lejano Oeste en que cuatro cowboys se lían a tiros por el resultado de una partida de póquer, hoy no tendría sentido: se puede jugar a las cartas y apostar desde casa, tumbado en el sofá. El teléfono móvil hace las veces de saloon, y el jugador también puede pegar un brinco de euforia o hundirse en la miseria emocional. Lo que está garantizado, en cualquiera de los dos casos, es que querrá seguir intentándolo…
Las casas de apuestas “online” en España no fueron conscientes de que su escalada publicitaria provocaría una reacción del gobierno
A día de hoy, los planetas están alineados para “facilitarle la vida” al jugador online: tiene un fácil acceso a Internet, la posibilidad de apostar hast…
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