La adicción –que no la simple afición– a los videojuegos puede considerarse una enfermedad. Así lo ha decidido la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en la próxima edición de su Clasificación Internacional de Enfermedades (el ICD-11), anunciada para mayo de este año, le otorga al problema la categoría de trastorno.
El padecimiento, según la nota del organismo, estará definido como un patrón de comportamiento ante el videojuego, caracterizado por un control inadecuado de este y por la cada vez mayor prioridad que se le da, hasta el punto de que “toma precedencia sobre otros intereses y actividades diarias”. Es, en síntesis, colocarlo por encima de todo lo demás, “a pesar de las consecuencias negativas”.
Jugar dos horas a la semana s…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.