En la India, el aborto selectivo de niñas, ilegal pero muy practicado, ha llevado a un importante déficit de población femenina. Por eso, muchos jóvenes no encuentran novia, como explica en The Washington Post (2 diciembre 2002) el corresponsal John Lancaster.
Como en otros países asiáticos, recuerda el periodista, en la India la proporción de mujeres es anormalmente baja. La causa principal es la fuerte preferencia por los hijos varones, unida hoy a la facilidad con que el diagnóstico prenatal del sexo permite hacer la «criba». En la India está prohibido el aborto selectivo, y para impedirlo, también el diagnóstico prenatal del sexo; pero las leyes no han logrado evitar que se siga practicando con frecuencia (cfr. servicio 150/02). El hecho es que allí, según el censo de 2001, hay solo 933 mujeres por mil hombres, dato un poco mejor que el de diez años antes, pero aún notablemente inferior a la media natural (lo normal es que en la población total haya un 3-6% más de mujeres que de hombres). Entre los menores de 6 años, la desproporción ha aumentado de 945 niñas por mil niños en 1991 a 927 por mil en 2001 (cfr. servicio 63/01); la media natural a esa edad está en torno a 952 niñas por mil niños.
«Ahora algunos empiezan a darse cuenta de lo que el déficit [de mujeres] puede suponer para los hijos varones», señala Lancaster. El corresponsal visitó Bhali Anandpur, pueblo del Estado de Haryana, al oeste de Nueva Delhi. Allí el último censo halló una población total de 2.370 hombres y 1.957 mujeres, y una disparidad aun más grande entre los menores de 6 años: 351 niños y 302 niñas. «La estadística no cuenta por separado a las mujeres en edad de casarse, pero los mozos del pueblo dicen que no necesitan ningún censo para saber que están solos». Uno de ellos, llamado Ajit Singh, debería ser un buen partido, pues tiene título universitario y se gana bien la vida con su empleo de vendedor de instrumental médico. Pero, a sus 29 años, Singh sigue soltero: «He estado buscando durante varios años -dice-, pero en los dos últimos la necesidad se ha hecho desesperada».
Haryana está por debajo de la media nacional: 820 niñas menores de 6 años por mil niños de la misma edad en 2001, bastantes menos que diez años antes (879 por mil). El déficit femenino es más grave en este y los otros Estados con superior nivel económico y menor analfabetismo, donde el recurso al aborto selectivo es más fácil. Un profesor universitario de Haryana explica: «Las autoridades están consternadas por la escasez de jóvenes casaderas en Haryana, y han empezado a tomar medidas drásticas», como una serie de detenciones de médicos que hacían abortos clandestinos. «Pero ni siquiera esta carestía -continúa el profesor- hará que cambien las cosas. La gente dice: muy bien, que tengan hijas los vecinos; yo quiero hijos».
«En Haryana -añade Lancaster-, la situación se ha hecho tan desesperada que algunos padres no solo renuncian a pedir la dote, tradición que sigue estando muy extendida en la India, sino que ofrecen dinero a las familias de posibles novias para sus hijos». Este fenómeno de la «dote al revés» se produce también en China, por el mismo motivo (cfr. servicio 99/01). En Bhali Anandpur, cuenta Lancaster, Jai Palarwal y su mujer llevan cuatro años buscando novia para su hijo Satish, que ahora cuenta 24. «Las familias con hijas quieren novios con empleo en el sector estatal y grandes extensiones de tierras, y nosotros no tenemos ni una cosa ni otra -dice Jai, electricista jubilado-. Los padres de las chicas se han vuelto muy exigentes». Así que los Palarwal están dispuestos a gastar sus ahorros y pagar hasta 25.000 rupias (unos 520 dólares) a la familia que dé una hija por esposa de Satish. «Aunque la chica sea bizca, casaré a mi hijo», afirma Jai.