En los primeros meses de su tercer mandato como presidente, Vladimir Putin ha dejado claro que no va a hacer ninguna concesión a las protestas de la calle. A la ley sobre manifestaciones públicas aprobada en junio ha seguido otra que estrecha el control sobre las ONG que reciben financiación extranjera. Además, la Cámara baja del Parlamento ruso está en vías de aprobar una ley que amplía la definición legal del delito de alta traición.
En mayo, Putin volvió a asumir el cargo de presidente de Rusia con un mandato extendido de cuatro a seis años, gracias a una reforma constitucional que logró apañarse en 2008. Un mes después de la investidura, el Parlamento endureció la ley sobre manifestaciones públicas. Estas habían sido importantes el pasa…
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