El jurado de la Berlinale favorece lo políticamente correcto frente a películas de calidad

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Berlinale
La película iraní “Keyke mahboobe man” (“My Favourite Cake”), de Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, Premio de la Crítica en la 74 Berlinale

Berlín.— La 74ª edición de la Berlinale concluyó el sábado por la noche con la entrega de premios en la competición oficial. El jurado internacional, compuesto por siete miembros y presidido por la actriz keniana Lupita Nyong’o, concedió el Oso de Oro al documental Dahomey. Esta decisión de premiar un documental sobre la repatriación de 26 esculturas de un Museo de París a Benín, refleja la creciente tendencia al debate sobre el colonialismo cultural. Es la segunda película documental consecutiva galardonada con el Oso de Oro tras Sur l’Adamant, de Nicolas Philibert, que obtuvo ese galardón el pasado año.

La Berlinale está adquiriendo una connotación cada vez más políticamente correcta, evidenciada desde su inauguración el 15 de febrero. Aproximadamente 50 profesionales del cine organizaron una protesta, pero no contra la dirección de la Berlinale ni contra la “clase dirigente” –por ejemplo, contra la actual proposición de ley de la ministra del Interior, Nancy Faeser, dirigida a restringir la libertad de expresión–. Esta protesta, presumiblemente orquestada por la misma dirección de la Berlinale –con el dúo directivo Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian entre ellos–, iba dirigida “contra la derecha” y el partido AfD, que generó comentarios críticos como los del director alemán Christian Petzold, miembro del Jurado Internacional: “Si no podemos soportar a cinco personas de la AfD entre el público, perderemos”.

Los premios del jurado internacional fueron para A Traveler’s Needs de Hong Sang-soo (Gran Premio del Jurado), L’empire de Bruno Dumont (Premio Especial), Pepe de Nelson Carlos de los Santos Arias (mejor dirección), Sebastian Stan por A Different Man de Aaron Schimberg (mejor intérprete protagonista), Emily Watson por Small Things Like These de Tim Mielants (mejor intérprete secundario), Matthias Glasner por Dying (mejor guion), y Martin Gschlacht por la fotografía de The Devil’s Bath de Severin Fiala y Veronika Franz (mejor contribución artística).

“Algo va mal”

Los principales medios alemanes han reaccionado sarcásticamente ante estos premios. Por ejemplo, el Frankfurter Allgemeine Zeitung titula su comentario: “Algo va mal en este festival”. El semanario Die Zeit escribe: “Por segunda vez consecutiva, un documental mediocre ha ganado el Oso de Oro”; mientras que el Süddeutsche Zeitung señala: “Un documental gana el Oso de Oro; pero esta victoria tiene más que ver con el contenido político que con un arte cinematográfico sobresaliente”. Por esta razón, a continuación me centraré en las pocas películas con cierta calidad cinematográfica entre las 20 candidatas a concurso.

Tras la despedida del equipo que ha dirigido el festival los últimos cinco años, se espera que el nuevo corrija el rumbo a partir de 2025

La película tunecina Mé el Aïn (Who Do I Belong To) podría calificarse de cine político, en lugar de “políticamente correcto” como Dahomey. Se centra en una mujer llamada Aïcha, cuyos dos hijos mayores han luchado por el ISIS. Sólo uno de ellos regresa, junto con una mujer embarazada que lleva un hiyab. ¿Está la misteriosa mujer relacionada con la desaparición de varios hombres del pueblo? Aunque la película se centra en la vida cotidiana y los sueños de Aïcha, la amenaza del Estado Islámico es omnipresente y conducirá a una tragedia.

“Sterben”, de Matthias Glasner, Oso de Plata al mejor guion

En el filme iraní Keyke mahboobe man (My Favourite Cake), de Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, a quienes no se permitió viajar a Berlín, se muestra el comportamiento de la “policía de la moral” iraní en una escena; pero esto es sólo una nota al margen. Según la asociación internacional de críticos FIPRESCI, que le otorgó el premio de la crítica, la película narra una “bella historia de amor entre dos ancianos solitarios, ambientada en una atmósfera melancólica de la sociedad iraní contemporánea, contada de forma bella y conmovedora con humor y empatía”. Además del Premio de la Crítica, la película también obtuvo el Premio del Jurado Ecuménico.

Películas alemanas

En la sección oficial participaron dos películas alemanas. Sterben (Dying), de Matthias Glasner, narra durante tres horas la lenta muerte del padre y la difícil relación entre el alter ego de Glasner, Tom, y su madre. La película tiene un trasfondo autobiográfico, según me comentó el propio director. Con cierto carácter episódico, influido por la dramaturgia de las series de televisión, Sterben también aborda el trabajo de Tom, como director de orquesta, junto a su mejor amigo, el depresivo Bernard, en una composición llamada Sterben (“Morir»), la maternidad de la antigua novia de Tom y el romance entre su hermana y un dentista casado. La película de Matthias Glasner recibió, como se ha dicho, el Oso de Plata al mejor guion, así como el Premio de la Asociación de cine de arte y ensayo AG Kino – Gilde e.V. y el Premio del Jurado de lectores del diario Berliner Morgenpost.

En In Liebe, Eure Hilde (From Hilde, with Love), Andreas Dresen aborda la biografía de una joven que vive su resistencia al nacionalsocialismo en la red que la Gestapo denominó “Orquesta Roja”. Dresen se centra en la historia de amor de Hilde y Hans Coppi, con una puesta en escena que recuerda a La rosa blanca (Michael Verhoeven, 1982). A Dresen le interesa más el lado privado de la joven Hilde Coppi que la propia resistencia.

Entre las películas europeas destaca Vogter (Sons), de Gustav Möller, un thriller carcelario danés que se centra en la guardiana de prisiones Eva, interpretada por Sidse Babett Knudsen, conocida por Después de la boda y la serie Borgen. El denso thriller psicológico, que se desarrolla casi exclusivamente en esta única prisión, llega a su punto álgido con varios giros en el enfrentamiento entre Eva y un joven encarcelado.

Con la 74ª edición de la Berlinale se despiden Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian, quienes la han dirigido por quinta vez. El momento culminante de su despedida fue la entrega del Oso de Oro Honorífico a Martin Scorsese y de la Cámara de la Berlinale al director alemán Edgar Reitz. A partir de la 75ª edición, la estadounidense Tricia Tuttle asumirá la dirección del Festival, enfrentándose a la ardua tarea de corregir su rumbo, una necesidad urgente.

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