Ante la creciente concurrencia, algunos grandes grupos internacionales de comunicación prosiguen su diversificación cultural para mejorar sus posiciones. Así, a partir del mes de junio la CNN, la cadena televisiva norteamericana de información continua, va a adaptar sus programas según los continentes. A su vez, la mexicana Televisa ha anunciado una nueva estrategia para mantener su posición dominante en el mundo de habla hispana.
La regionalización de la CNN consistirá en mezclar el menú genérico de la cadena con informaciones internacionales específicamente orientadas a América del Norte y del Sur, Europa y Asia, teniendo también más en cuenta los husos horarios. La lengua de difusión será siendo el inglés. Pero desde el pasado marzo funciona también CNN en español, que emite noticias sin interrupción en esta lengua a cuatro millones de abonados por cable o por satélite. Esta cadena está dirigida sobre todo al mercado hispanoamericano, donde la cadena ha reforzado su red de corresponsales.
La nueva orientación responde también a estudios de marketing, que han demostrado que telespectadores y anunciantes desean más informaciones regionales. Es también un medio de salir al paso de las críticas que reprochan a la CNN una visión excesivamente norteamericana de las noticias mundiales. Con sus 15 satélites y sus 31 redacciones en distintos continentes, la CNN tiene unos 160 millones de abonados y su sistema de distribución cubre todo el planeta, excepto Siberia y Groenlandia.
Por su parte, Televisa acaba de anunciar un plan de economías y desarrollo para mantener su primer puesto en el mundo hispánico. Sacudido por la muerte reciente de su presidente Emilio Azcárraga y por la estregia agresiva de la competencia, Televisa ha previsto reducir sus gastos en un tercio a lo largo de tres años. Simultáneamente, va a emprender una ofensiva para consolidar sus posiciones en el campo de la televisión por satélite en Latinoamérica y en España.
Según expertos independientes, Televisa aparece hoy como un gigante debilitado por las deudas y amenazado por el progreso de TV Azteca, su única competencia en el campo de la televisión generalista en México. Las dos cadenas de TV Azteca, privatizadas en 1993, han multiplicado por cuatro sus audencias y le han quitado casi un 25% del mercado. El año pasado Televisa perdió 598 millones de pesos (unos 11.000 millones de pesetas). Para reducir sus deudas, los expertos estiman que Televisa tendrá que deshacerse de algunas de sus actividades y despedir parte de su pletórico personal (21.000 empleados).
Esto le permitiría también obtener los recursos financieros necesarios para invertir en la televisión digital. En asociación con Rupert Murdoch, el operador de cable norteamericano TCI y la cadena brasileña TV Globo, el grupo prevé obtener en México 500.000 abonados a la televisión digital Sky de aquí a 1999. Televisa ha entrado también en el mercado de televisión numérica en España, donde participa con un 25,5% en el capital de Vía Digital -junto con Telefónica (35%) y Televisión Española Temática (25,5%)-, una de las dos plataformas de televisión digital que compiten en el mercado español.