Paul Rudd

La que podría haber sido una fantástica nueva entrega de la mítica saga de los 80 se queda en tierra de nadie, por un guion muy flojo.
Ciencia ficción y aventuras en una película muy entretenida que abre la puerta a un mundo de posibilidades en la nueva Fase del MCU.
Una gran secuela del clásico de 1984, protagonizada por chavales, realizada con el mejor espíritu de “Stranger Things”: homenaje nostálgico a los años ochenta.
Gran remate de “Infinity War”, las tres horas de duración permiten alternar historias personales y gran épica, cerrar muchos relatos y dejar la puerta abierta a otros nuevos.
No era fácil adaptar este clásico de la literatura a la pantalla grande. Mark Osborne ha conseguido una versión muy inteligente.
La historia es poca cosa y el metraje está inflado. El buen trabajo de los actores salva lo que se puede de la película.
Una apología del aborto a base de casos extremos.

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