Protestas en Managua en 2018
Ciudad de Guatemala.— Felipe vive en Managua. Pero Felipe no se atreve a decir su nombre real, pues sabe que si las autoridades de Nicaragua se enteran de que ha expresado alguna crítica al gobierno, es probable que pierda su puesto de trabajo e incluso que le echen del país. Sin embargo, Felipe, como muchos otros nicaragüenses, quiere hablar.
“Han montado estas leyes –dice Felipe– para vigilar a los ciudadanos. Para ellos, la ‘verdad’ es lo que dice lo oficial, lo que el gobierno diga, aunque haya pruebas en contra”.
Este es el ambiente que el gobierno de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo ha intentado implementar a través del control de jueces y magistrados, un sistema de vigilan…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.
Un comentario