En busca de soluciones a la crisis de natalidad
¿Cómo repercute la llegada de un hijo en la vida profesional de la madre y del padre? El Instituto Nacional de Estudios Demográficos francés ha publicado un estudio (1) a partir de una encuesta realizada en 2004-2005 entre 9.745 hombres y mujeres de 20 a 49 años.
Los resultados muestran que, como es previsible, el comportamiento profesional de la madre se ve más afectado que el del padre. Pero las diferencias son mucho más amplias de lo que cabría esperar.
En el año que sigue al nacimiento del primer hijo, el 30% de las mujeres declaran que su actividad profesional se ha visto modificada, ya se trate de un cambio de horarios, de estatuto, de intensidad del trabajo o un abandono del trabajo; en el segundo hijo, el 46% de las mujeres reconocen una modificación de su dedicación profesional; y tras el tercero, un 56%. En cambio, para los hombres, el rango del nacimiento tiene poco impacto sobre la dedicación profesional, pues los cambios afectan solo al 6 ó 7% de los padres en cualquiera de los casos.
Varios factores influyen en la permanencia o el abandono del trabajo en el caso de las mujeres. En primer lugar, el número de hijos. La proporción de mujeres sin empleo, ya sean inactivas, en permiso de maternidad o en paro, aumenta con el número de hijos. En el año siguiente al nacimiento de un hijo, el 38% de las madres no trabajan si es el primero, el 51% si es el segundo, y el 69% si es el tercero.
Las interrupciones temporales o la reducción del tiempo de trabajo son más frecuentes tras el nacimiento del segundo o del tercer hijo. En el caso de Francia, se nota la influencia del subsidio parental de educación, que se concede a las personas que desean dedicarse a la educación de sus hijos a partir del segundo. La prestación (en torno a 500 euros mensuales) compensa en parte el cese de actividad profesional. Al beneficiario se le reserva su puesto de trabajo durante tres años. En 2003, se beneficiaban de esta situación 562.500 familias.
Pero en el caso de las madres que tenían un empleo antes del nacimiento, las interrupciones del trabajo son de corta duración. Al cabo de dos años, más de la mitad han vuelto a trabajar.
Las características del empleo son el segundo factor influyente. Las madres con contratos de duración determinada, las que tienen menos titulación y las del sector privado antes que las del público, son las que más tienden a dejar el trabajo.
También influye la historia familiar: después de un nacimiento, las mujeres cuyas madres han trabajado siempre mantienen más a menudo que las otras su trayectoria profesional.
Y, lógicamente, la situación económica es determinante: las madres solas o las que viven con un parado reducen menos a menudo su actividad.
Un nacimiento tiene también consecuencias sobre las personas sin empleo, especialmente para los hombres. El 58% de los hombres que están en paro antes de un nacimiento, intensifican la búsqueda de empleo o logran un trabajo en el año siguiente, mientras que solo el 25% de las desempleadas lo consiguen. Es decir, la paternidad estimula a los hombres en paro y desanima a buscar empleo a las paradas.
____________________(1) Ariane Pailhé y Anne Solaz, «Vie professionnelle et naissanc: la charge de la conciliation repose essentiellement sur les femmes», Population et Sociétés, nº 426 (septiembre 2006).Ver también Las nuevas políticas pronatalistas en Europa y Más ayudas para las familias en Alemania.