Opinión Pública

La actual epidemia es uno de esos casos en que la abundancia de datos puede no dejarnos bien informados, porque falta contexto.
Ante el cansancio con los discursos alarmistas, hay quienes se molestan en buscar enfoques que interesen a los despreocupados por el cambio climático.
Hoy prevalecen dos marcos que están envenenando la manera de enfocar una serie de asuntos controvertidos.
En las disputas sobre valores, lo subversivo es decir algo con sustancia e interesar a los no afines.
En la batalla de las palabras por definir qué es el centro razonable, parten con ventaja quienes lograr definir cuáles son los extremos.
El director del diario quiere evitar que el término se convierta en una etiqueta fácil. Pero la Redacción no ha encajado bien la idea.
Cuando la corrección social llega a hacerse cultura, resulta más difícil librarse de las opiniones y los modos de vida dominantes.
De las distintas maneras posibles de combatir la desinformación, una ley es quizá la peor.
La movilización permanente de las emociones carga de ruido y ansiedad el espacio público.
La histeria ante los populismos, las noticias falsas o los filtros burbuja, puede ser un pretexto para no examinar la propia capacidad crítica.
Tendemos a creernos bien informados y afirmamos con contundencia nuestro derecho a pronunciarnos sobre diversos temas. En realidad, no sabemos tanto, y la corriente de la posverdad puede arrastrarnos fácilmente.
Según un estudio, basta un 25% de disidentes para que la mayoría se pase al otro bando.
Le Monde
Cuatro principios para respetar a las personas en las redes sociales.
A fuerza de exagerar, trivializamos el lenguaje y nos quedamos sin vocabulario para denunciar las situaciones de injusticia extrema.
Las revelaciones sobre la “trama rusa” para influir en la opinión pública en EE.UU. muestran que las redes sociales son inevitablemente manipulables, y que la inteligencia artificial no va a arreglar el problema.
Crux
Los últimos papas han mantenido una alta aceptación, con independencia de la consideración de que gozan por parte de los medios de comunicación.
Las grandes plataformas digitales prometen combatir los bulos, pero no está claro el límite entre defensa de la verdad y censura, y además se reclama más transparencia a las redes sociales.
El presidente republicano está contribuyendo a empobrecer el debate público y a potenciar los antagonismos, dos errores que a menudo repiten sus críticos.
En la campaña electoral británica, las entrevistas en TV a los ciudadanos corrientes ponen más el foco en los líderes políticos que en los programas de los partidos.

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