Las medidas adoptadas por Hungría para hacer frente al coronavirus han devuelto a los titulares el iliberalismo de derechas. Los argumentos del gobierno de Viktor Orbán para prolongar el estado de emergencia de forma indefinida son similares a los que emplean, desde la izquierda, los convencidos de que la bondad de su causa les permite saltarse límites constitucionales.
El 11 de marzo, el gobierno húngaro declaró el estado de emergencia por un plazo de 15 días –el máximo previsto por la Constitución– y adoptó una primera serie de decretos, con medidas parecidas a las que han tomado otros gobiernos. Como en otros países, la prolongación de ese plazo exigía la autorización del Parlamento.
El gobierno presentó un proyecto de ley para prorrogar…
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