Un militante provida con unos folletos en un acto en Bélgorod, septiembre 2016
San Petersburgo.— En 1920, la Rusia soviética se convirtió en el primer país del mundo en autorizar el aborto a petición de la madre. La legalización se llevó a cabo en virtud de una resolución de la Comisaría Popular de Salud y la Comisaría Popular de Justicia del 18 de noviembre de aquel año. La ley rusa sobre el aborto siempre se ha considerado una de las más permisivas del mundo.
El país ha registrado decenas de millones de abortos desde 1920: incluso más que nacimientos durante la mitad de estos cien años. Hoy el panorama está cambiando: el gobierno ruso se plantea que no haya tantas facilidades para abortar.
Se trata de la propuesta del especialista jefe en reproducción del Ministerio de Salud ruso, Oleg Apolijin, de retirar el aborto de las prestaciones cubiertas por el seguro médico obligatorio y crear centros especiales, fuera del sistema de salud, para llevar a cabo tales procedimientos. Así lo anunció en una entrevista con la emisora de radio “Habla Moscú”, en la que también dijo: “El aborto tiene que pasar de moda, y convertirse en algo anticuado. Para una persona educada moderna, el aborto debería ser un fenómeno socialmente negativo”.
Ayuda a las mujeres
Son cada vez más los que se oponen al aborto en Rusia, incluidas las principales organizaciones religiosas del país. En reiteradas ocasiones, el patriarca ortodoxo Kirill ha pedido que los médicos tengan derecho a negarse a realizar un aborto por motivos de conciencia y –como ahora Apolijin– que el seguro médico obligatorio deje de practicar abortos, porque no se debe sufragarlos a cargo del presupuesto estatal. Esta posición también resuena en otras figuras religiosas del país, como el muftí supremo de Rusia, Talgat Tadzhuddin, o el rabino jefe del país, Berl Lazar, que ha calificado de inaceptable la situación actual.
Las organizaciones religiosas no se limitan a protestar. En los últimos nueve años se han abierto más de 200 centros de ayuda humanitaria y refugios para mujeres en situación difícil, donde las futuras madres reciben una cuna, un cochecito, productos para el cuidado del bebé, comida y ropa de forma gratuita, informa María Studeníkina, representante del Departamento de Caridad sinodal de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Desde 2015, este Departamento y la ONG “Por la Vida” desarrollan el programa “Salva la vida”, que cuenta con 178 psicólogos y trabajadores sociales en 106 ciudades, y asesora a mujeres en riesgo. “Durante estos cinco años y medio ya hemos logrado salvar a más de 13.000 niños”, dijo Studeníkina.
En 2017, “Por la Vida” logró recoger un millón de firmas a favor de la prohibición total del aborto en el país. Ese mismo año lanzó la campaña “Podrían ir a la escuela” en 34 ciudades rusas, exhibiendo en las plazas mayores zapatos infantiles que podrían haber llevado los niños no nacidos a causa del aborto.
La cuestión demográfica en la historia rusa
En ese mismo año, el presidente ruso Vladímir Putin dijo que prohibir el aborto no serviría para mejorar la situación demográfica del país y podía empujar a las mujeres a someterse al riesgo de abortos ilegales u obligarlas a abortar en el extranjero. Sin embargo, en enero de 2019, la Duma (parlamento ruso) formó un grupo de trabajo encabezado por el entonces vicepresidente, Piotr Tolstói, para examinar las propuestas legislativas de la Iglesia Ortodoxa, en particular la de eliminar los abortos del sistema de seguro médico obligatorio. En esta línea, también a principios de 2019, el Ministerio de Salud anunció planes para reducir a la mitad el número de abortos en los próximos seis años, y entre las medidas que mencionó se encuentra reforzar la cooperación con la Iglesia Ortodoxa.
En lo que va de siglo, el número anual de abortos en Rusia ha bajado de 1,2 millones a 660.000
Viktoria Sakévich, investigadora del Centro de Demografía y Ecología Humana del Instituto de Previsión Económica Nacional de la Academia Rusa de Ciencias, en su informe “El aborto: un espejo curvo de la política demográfica” ofrece datos estadísticos sobre el aborto en la URSS. El número de abortos se triplicó en la década de los años 20, y en 1935 llegó a 1,9 millones. Es de notar el fuerte aumento de los abortos en la Rusia anterior a la II Guerra Mundial, en paralelo con una rápida disminución de la fecundidad. Esto llevó a promulgar, en 1936, una ley restrictiva: se prohibió abortar a las mujeres embarazadas por vez primera y a las que hubieran abortado en los seis meses anteriores. Además, el procedimiento dejó de ser gratuito, excepto para pacientes con determinadas enfermedades.
La medida no trajo el esperado aumento de natalidad, y en cambio el recurso al aborto clandestino, a menudo a manos de personal mal preparado, provocó complicaciones e infertilidad a muchas mujeres. En vista de ello, en 1955 se levantaron las restricciones: se permitía abortar en centros médicos especializados, y fuera de ellos, el aborto seguía siendo delito.
Sin embargo, la demanda de abortos ilegales no bajó, por el carácter oficial que tenía la notificación sobre el motivo del ingreso en el centro médico. En la historia clínica figuraba la palabra “aborto”, y no todas las mujeres estaban dispuestas a que quedara constancia de tales detalles de su vida personal, por lo que muchas preferían abortar ocultamente.
Ampliaciones y restricciones
A principios de los 80, el plazo legal para abortar se amplió de 12 a 24 semanas; más tarde se prolongó a 28 semanas si se alegaban razones sociales (muerte del marido durante el embarazo, divorcio…). En 1996, siguiendo las normas de la OMS, el plazo para el aborto inducido se redujo nuevamente, a 22 semanas, pero se amplió la lista de indicaciones sociales (desempleo, ingresos inferiores al umbral oficial de pobreza…).
Diez años después, en 2007, por primera vez desde la década de 1950, el número de nacimientos en Rusia superó al de abortos: 92 abortos por cada 100 nacimientos. Según cifras del Ministerio de Salud ruso, en 2012 los abortos bajaron a 935.500, o sea 56 por 100 nacimientos. En 2018 el número se redujo a 661.000. Es una disminución significativa en comparación con el año 2000, cuando el número de abortos registrados en la Federación de Rusia fue de 2.138.800. Aun así, Rusia sigue siendo uno de los países con más abortos del mundo, por encima de medio millón al año.
La autora, rusa, firma con seudónimo