La lectura aparentemente casual por un periodista de una recopilación de «fatuas», publicada hace un año por el Consejo Superior de los Ulema de Marruecos, ha suscitado un revuelo sin precedentes en nuestro vecino país. Entre ella figura un dictamen jurídico-religioso –eso es lo que significa «fatua»– emitido por dicho Consejo en el que se condena la apostasía a la pena de muerte. Si bien este tipo de dictámenes no suelen ser vinculantes desde el punto de vista jurídico, el hecho de que el Consejo esté presidido por el propio rey Mohamed VI como «Comendador de los Creyentes» le confiere una autoridad irreversible.
Para situar en su contexto la indignación producida entre la sociedad civil por el hallazgo periodístico, divulgado por la prens…
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