“Quiero abrazar al Ecuador entero. Que desde la cima del Chimborazo, hasta las costas del Pacífico; desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos, nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus niños y ancianos –que son la memoria de su pueblo–, de confiar en la juventud, y de maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país”.
“Los ancianos son el auténtico rostro de Cristo. Cuídenlos como a Él”
Con esta poética y, a la vez, realista exhortación, lanzada desde del aeropuerto de Quito el 5 de julio, el Papa Francisco comenzó su visita pastoral a esta nación de la “mitad del mundo”, y lo hizo llamando al diá…
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