La Operation Mincemeat es una de las estrategias más recordadas de los últimos años de la II Guerra Mundial. Los aliados quieren alejar a los alemanes de Sicilia para hacer un desembarco definitivo que acelere el final de la contienda en 1943. Para lograr este objetivo, los servicios secretos británicos procurarán que los nazis muerdan el anzuelo de la desinformación.
La construcción del relato tiene la elegancia y el encanto inglés, con una ironía muy leve pero multiplicada por actores británicos excelentes liderados por Colin Firth. El guion de Michelle Ashford (The Pacific, John Addams) es ameno, pero carece de la astucia de diálogos y la imaginación que pedía una historia original tan emblemática. Tampoco el excesivo metraje y la redundante e innecesaria voz en off favorecen la vitalidad y la emoción de este distante libreto –basado en el libro de Ben Macintyre–, que acaba influyendo en el director John Madden (El caso Sloane y La deuda) y el compositor Thomas Newman, que apenas muestran algunos detalles puntuales de su talento.