El francés Louis Leterrier (Transporter, Danny the Dog) ha sido el realizador elegido por Stan Lee, dueño de la Marvel, para dirigir este segundo largometraje sobre las tribulaciones del personaje extraído del cómic, Bruce Banner, un científico que sufre una radiación que altera su organismo, de forma que cuando se “acelera” se convierte en un indestructible gigante verde, Hulk.
No hay grandes cambios en relación con la película de 2003 dirigida por el taiwanés Ang Lee. Edward Norton, uno de los grandes actores del momento, compone muy bien su personaje stevensoniano, en buena parte cortado a su medida, pues el actor es coautor del guión, un hecho muy sorprendente, teniendo en cuenta que es su ópera prima como escritor.
La cinta tiene mucha acción y una puesta en escena espectacular, muy fiel al tebeo original. Liv Tyler no es Jennifer Conelly pero aporta dulzura (un poco bobalicona, ciertamente) a su personaje de investigadora enamorada de Bruce Banner e hija del militar que persigue con saña a Hulk. Tim Roth resulta un tanto escuchimizado para encarnar a un militar de un cuerpo de operaciones especiales y no se le nota muy cómodo en su papel.
En fin, un entretenido cómic volcado al cine con las hechuras prefabricadas ya bien conocidas de este subgénero de superhéroe, un juguete caro (125 millones de dólares) que tiene el reto de superar en taquilla a su predecesora (245 millones) y a la muy similar y recentísima Iron Man, ganadora de unos impresionantes 538 millones de dólares.