June es una niña con gran imaginación. Gracias a ella crea un enorme parque de atracciones, con la ayuda su madre, que susurra todas las ideas de June al oído de Peanut, el oso de peluche que dirige el parque. Pero todo se complica cuando la madre tiene que ser ingresada en un hospital por una enfermedad grave y June, profundamente triste, deshace toda la maqueta del parque que habían construido y la mete y cierra en una caja. Lo que no podía imaginar June es que su parque es más real de lo que ella cree y ahora está siendo invadido por los chimpazombies. Solo ella puede hacer que todo vuelva a la normalidad.
El parque mágico es una película dirigida sobre todo al público infantil. Los mayores la disfrutarán porque tiene toques muy simpáticos –ayuda mucho el gran trabajo de doblaje de Andreu Buenafuente–, y los pequeños, porque es una historia que engancha, cargada de buenas intenciones y optimista. Tiene una alta calidad técnica, pero, excepto su protagonista, el guion peca de personajes planos y algo típicos. Por lo demás, es una película para pasar un buen rato.