La familia Cortez –un matrimonio, dos hijos– forma un hogar feliz, aunque algo aburrido. La madre cuenta a los niños un fantástico cuento a la hora de acostarse, la historia de dos agentes secretos rivales, hombre y mujer, que se enamoraron. Lo que no saben los hijos es que los protagonistas del emocionante relato son sus padres. Pero su secuestro por unos villanos, que planean la construcción de un ejército de robots, utilizando la tapadera de un programa de televisión infantil, les servirá para conocer la verdad. Y ellos mismos vivirán mil y una aventuras.
Sorpresa. El violento Robert Rodriguez, director de películas como El mariachi o Abierto hasta el amanecer, se despacha con una película familiar. Y consigue que un argumento en apariencia ñoño desborde imaginación e ingenio. De ritmo impecable y planificación sugestiva, destaca la delirante envoltura visual, conseguida gracias a una impecable dirección artística y a unos efectos especiales supervisados personalmente por Rodriguez. Los chavales disfrutarán de lo lindo y los padres quizá aprendan que parte esencial de su oficio es ganarse la confianza de sus retoños.