24 de agosto de 2022. 91.062 espectadores. 4.362.872 euros. Son los números que están detrás de un nombre: Juan Carlos Unzué. Exfutbolista. Exentrenador. El 18 de junio de 2020 anunció que dejaba el fútbol porque le habían diagnosticado esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable y progresivamente degenerativa. No obstante, Unzué, sin perder nunca la sonrisa, decide dedicar todos sus esfuerzos a la causa del ELA y se le ocurre la genial idea de montar un partido con el que llenar el Spotify Camp Nou: Barça vs. Manchester City. Un amistoso que levantó una auténtica ola de solidaridad.
Desde el principio, los creadores de Unzué. El último equipo de Juancar dejan claro cuál es la finalidad de este documental: mostrar las consecuencias de una enfermedad que, solo en España, sufren más de 4.000 personas y que sus reivindicaciones se entiendan y sean escuchadas. Lo hacen “a fuego lento”, entrando en la vida del exportero del Barça, desde ese fatídico junio de 2020. Así, a lo largo de dos años, Xavier Torres, Santi Padró y Jesús Muñoz muestran la evolución de su enfermedad, con todas sus consecuencias.
No obstante, guionistas y directores juegan con una gran baza: el carisma del propio Juancar, quien saca fuerza de debilidad y llena la película de una positividad y una alegría contagiosa realmente impactantes. Con ellas, “ficha” a más personas que, como él, quieran formar parte del mismo equipo. Un dream team sin pelos en la lengua –muy amablemente, pero con claridad, dan un buen toque de atención a los gobiernos autonómico y central–, que lucha por y para los enfermos de ELA, consciente de que el amor lo supera todo y de que la dignidad propia está en ellos mismos, no en su situación concreta.
Con todo, sorprende la nula referencia a lo trascendental y religioso en el documental. Más teniendo en cuenta que hay un esfuerzo de los realizadores por tocar todas las teclas, incluso la de la eutanasia, especialmente a través de una de las enfermas que la invoca, si llegase el caso, pero planteándolo simplemente de un modo emotivo, como en Mar adentro, título que se nombra expresamente.
Sea como sea, a pesar de que la hora y media pesa un poco, Unzué. El último equipo de Juancar es un canto a la vida, al amor y a la familia. De ahí la canción del grupo catalán Txarango, “Les coses senzilles” (“Las cosas sencillas”): “Al final de este laberinto solo hay un ‘te quiero’”.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv