Después del éxito de La brigada de Anne Capestan, Sophie Hénaff regresa con una segunda novela protagonizada por esta comisaria francesa. Anne Capestan no es una policía normal y corriente. Tras un principio de carrera fulgurante, se incorporó a la Brigada contra el Crimen Organizado. Después trabajó en la Brigada de Menores, donde la dureza de los casos acabó por pasarle factura. Los crímenes cometidos contra niños y adolescentes hicieron que Anne perdiera la cabeza y matara a un delincuente sin causa justificada. Este hecho llevó a la comisaria a una suspensión de varios meses.
Finalmente, el inspector jefe Buron readmite a Anne en el trabajo y la coloca al frente de la Brigada 36, a la que van a parar todos los desechos del personal de la policía: Torrez, famoso por ser un gafe al que se atribuyen las muertes y heridas de sus compañeros de servicio; la comandante Rosière, escritora millonaria de novelas policiacas muy mal vistas dentro del gremio; Lebreton, ex miembro del Departamento de Asuntos Internos, donde ha sido marginado por su homosexualidad; Orsini, un policía amigo de hacer filtraciones a los medios; Merlot, antiguo capitán de la Brigada Antivicio y gran aficionado a la bebida; la teniente Evrad, que ha sido separada del servicio en la Brigada contra el Juego por su adicción a las cartas, y, por supuesto, Piloto, el perro de la comandante Rosière. En esta nueva entrega se suman al equipo D’Artagnan, un policía recién salido de un psiquiátrico donde no han conseguido convencerlo de que no ha nacido en la época de Enrique IV, y Ratafía, una rata fichada por Merlot que intentará ganarse un puesto como mascota.
Buron encarga a la Brigada 36 que colabore junto con otras dos brigadas en el esclarecimiento del asesinato de Serge Rufus, padre del exmarido de Anne y también policía, quien aparece asesinado en una calle cuya placa ha sido cambiada por otra con el nombre del finado y las fechas de su nacimiento y muerte. Sin otra pista más consistente que la de la placa recién colocada, y sin ninguna colaboración por parte de las demás brigadas implicadas en la resolución del crimen, Anne y sus compañeros comienzan a realizar indagaciones.
En Aviso de muerte, la personalidad de Anne es fundamental para la resolución del caso: natural, respetuosa con sus subordinados, con una autoridad innata y hábil para aprovechar las virtudes y defectos de sus compañeros. Como se podrá comprobar, la unión hace la fuerza, y en el nuevo caso asignado a la Brigada 36, la solidaridad y el compañerismo de sus miembros serán más importantes para la resolución del caso que todos los recursos materiales.
Hénaff sigue la línea iniciada en su novela anterior. La trama policiaca, que en un principio resulta un tanto evanescente, toma consistencia conforme se suceden los acontecimientos, lo mismo que los personajes, cuya caracterización se va perfilando por sus acciones y palabras. La narración es ágil, gracias al uso de dos elementos fundamentales: los capítulos cortos y el humor que surge tanto del carácter de los personajes como de las situaciones que se plantean. Gracias a este sentido del humor, la autora consigue mantener un equilibrio muy acertado entre lo cómico y lo policiaco, de tal manera que lo primero sirve para hacer más amables los aspectos oscuros de la obra.