Cuéntame la Historia de España

Cuéntame la Historia de España

EDITORIAL

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2023)

Nº PÁGINAS388 págs.

PRECIO PAPEL19 €

GÉNERO

Si se plantea como fría sucesión de fechas, acontecimientos y protagonistas, un libro de Historia puede inducir en los jóvenes de esta era digital –y de otras no muy remotas– el reflejo del bostezo. En Cuéntame la Historia de España, en cambio, hay más “movimiento”: “¿Para qué interesa la historia?”, pregunta Carlos, de 15 años, a D. Antonio, un nonagenario exprofesor, y este replica: “Para tratar de dar con la verdad de los hechos y para, si se desea, aprender de ella”.

Los diálogos de estos personajes de ficción y de otros dos, adolescentes tardíos, sirven a Rafael Gómez Pérez para hilar un ameno resumen sobre el origen de la que algunos dan en llamar, aunque de modo discutible, “la nación más antigua de Europa”. El relato, contado desde el futuro –D. Antonio y sus interlocutores conversan en Madrid en torno a 2035– trata de ser lo más abarcador posible y marca brevemente algunos hitos: algunos, de los principios, de decenas de miles de años atrás (los homínidos de Atapuerca y los incipientes artistas de las cuevas de Altamira), y otros de actualidad, como cuando el narrador sobrevuela en su exposición los gobiernos de la democracia (“Pedro Sánchez, aquel que no duró mucho…”), y deja caer una fatal sentencia sobre el presente, con su alusión a “la fenecida Constitución de 1978”.

Muy potable para jóvenes lectores no especialmente entusiastas de la Historia, el texto es didáctico y rico en datos curiosos, como la tonsura que recibió un rey godo moribundo, que acabó incapacitándolo legalmente para gobernar una vez que recuperó la salud; o el tambor que Almanzor jamás perdió; o las sonrojantes misivas del futuro Fernando VII a Napoleón, en las que le daba muestras al corso de su “sumisión y entera obediencia a sus intenciones y deseos”.

El narrador recurre además a la primera persona gramatical en el caso de varios personajes, para acercárselos al lector, y los hace enunciar unos parlamentos ficticios, pero recreados a partir de datos verídicos. Así, la conocida incursión de Alfonso X en el saber de su tiempo lo anima a confesarnos: “Dios me dio una curiosidad por casi todo: el gobierno de mi reino, escribir componer música, el estudio de los astros…”, mientras que Felipe II presume de modesto respecto a sus extensos dominios: “Era así, un imperio, pero yo no era emperador, ni deseaba serlo”; y al borbón Carlos IV lo podemos imaginar encogiéndose de hombros y rezumando derrotismo: “Yo nací para gobernar, pero no estaba hecho para gobernar”.

Como invitación a profundizar en las etapas históricas o en los fenómenos por los que los lectores puedan mostrar un especial interés y que han sido bosquejados en esta obra, Gómez Pérez pone en boca del narrador algunas sugerencias de autores, algunos de ellos clásicos, como Gaspar Melchor de Jovellanos (Memoria sobre la educación pública) o Bernal Díaz del Castillo (Historia verdadera de la conquista de la Nueva España), y otros, contemporáneos, como José Orlandis (Historia del Reino visigodo español) o Luis Suárez (Los Reyes Católicos).

Con un sobrio uso de algunas herramientas propias de la literatura y con un empaque modesto, Cuéntame la Historia de España es un atinado intento, desde la sencillez argumental y el rigor histórico, de motivar el interés por una rama de las humanidades cada vez más arrinconada por ser poco “monetizable”, pero que constituye el mejor antídoto contra el adanismo de quienes, en la propia España –especialmente entre algunos jóvenes políticos–, creen que fue con ellos que echó a andar el minutero.

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