Tener una cuenta en Twitter o un blog en Tumblr; pinchar fotos en Pinterest o actualizar la experiencia profesional en LinkedIn ha dejado de ser un entretenimiento para convertirse en algo imprescindible en el mercado de trabajo. Cada vez más, las empresas contrastan los perfiles de sus candidatos en la red o directamente les plantean una oferta tras descubrir los CV adecuados y, a la vez, los anuncios de empleos que se publican exigen un requisito insólito hace tan solo un par de años: tener experiencia en social media.
El cambio de panorama ya lo han descubierto los profesionales que, con unos cuantos años de trayectoria a la espalda, se plantean aspirar a puestos mejores o sueñan con cambiar de área de trabajo. Pero también muchos otros: desempleados; profesionales del marketing y la administración de empresas; representantes de universidades y hospitales acuden con interés a los cursos que proliferan en universidades y plataformas on line, para adiestrar a los candidatos en las herramientas derivadas de la web 2.0. “Hay aptitudes que han pasado a ser imprescindibles para el trabajo: por eso la gente tendrá que aprenderlas a través de cursos o practicando por su cuenta en las redes; de lo contrario, se quedarán al margen”, asegura Pamela Tate, presidenta de una institución dedicada a la enseñanza de adultos, Council for Adult and Experiential Learning en Chicago.
La oferta de programas de este tipo es amplia en universidades como las de San Francisco, Nueva York o Harvard. Hace ahora dos años, otro centro universitario reconocido, la Escuela de Periodismo de Columbia, comenzó una serie de cursos sobre social media pensados inicialmente para comunicadores en ejercicio; pronto empezaron a recibir solicitudes de profesionales de otras áreas. El último programa corto, de solo un fin de semana, concentró el pasado mes de enero 500 matrículas, según una información que recogía The New York Times: doscientas más que las de un encuentro similar convocado hace ocho meses.
Además de información general, se ofrece la posibilidad de contar con un guía personal que revisa los perfiles de cada candidato en las principales redes y recomienda mejoras. Los “doctores”, como denominan a estos expertos, contribuyen a enseñar cómo usar Facebook para algo más que saludar a los amigos o a descifrar la jerga y movimientos usados en Twitter. “Hay que utilizar los medios sociales de modo estratégico, pues sirven para hacer negocios o crear tu marca personal; un profesional consigue posicionarse mejor o hundirse, según el juego que les dé, y eso es algo que no se puede obviar”, asegura Sree Sreenivasan, decano de alumnos y profesor de Periodismo Digital en Columbia.