También los inmigrantes hacen Francia

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El temor francés de que el país no está siendo capaz de integrar adecuadamente a los cuatro millones de inmigrantes actuales no es completamente razonable. Por lo que dice un estudio del Instituto nacional de estudios demográficos (INED), la integración de estas personas está siendo bastante aceptable (1).

Cada año 100.000 inmigrantes adquieren la nacionalidad francesa. Y tanto éstos como otros van adquiriendo también otros rasgos de la sociedad que les acoge. Algunas de las conclusiones más generales del informe es que los inmigrantes llegan a aprender -en altos porcentajes- la lengua francesa, experimentan el paro en proporciones poco superiores a la media nacional, tienden a practicar menos su religión y apenas son polígamos.

Las diferencias del inmigrante respecto del nativo son particularmente mínimas en lo que se refiere a la situación laboral. En conjunto, el 72% de los inmigrantes activos tienen empleo, frente al 75% de los nativos. El 7% de los inmigrantes tienen una situación laboral inestable, frente al 6% nacional. Y el riesgo de paro es del 6% entre inmigrantes (4% entre franceses).

Otro parámetro de integración de los inmigrantes es su uso del francés. Lo hablan bien el 68% de los inmigrantes del África negra (muchos proceden de ex colonias francesas), el 62% de los españoles, el 61% de los portugueses, el 58% de los argelinos, el 51% de los emigrantes de países del Sudeste asiático y de Marruecos, y el 24% de los turcos.

Por el contrario, la lengua materna de los inmigrantes se pierde de generación en generación. El 91% de los hijos nacidos en Francia de padres españoles conservan esa lengua, pero sólo la conocen el 35% de los nietos. La proporción de hijos y nietos de inmigrantes argelinos que hablan árabe es de 69% y 24% respectivamente.

En la clasificación por nacionalidades, los inmigrantes turcos son los peor integrados. Casi no existen matrimonios mixtos, pues el 98% de las hijas llegan ya casadas por la familia antes de haber cumplido 16 años. Y las mujeres de 20 a 29 años tienen el récord de inactividad. La investigación del INED manifiesta a las claras que la tendencia a la segregación es netamente urbana, y que los barrios exclusivos de inmigrantes pueden a la larga ser peligrosos.

Al contrario, los hijos de inmigrantes asiáticos se integran socialmente con gran facilidad: dos tercios de los chicos y el 80% de las chicas que han llegado al país antes de haber cumplido 10 años, continúan su escolarización a la edad de 20 años.

Otra tendencia reseñada en el análisis es que han aumentado las uniones mixtas, sobre todo al margen del matrimonio. La mitad de los varones jóvenes de origen argelino y un cuarto de las mujeres viven con su pareja de origen francés. Pero es raro que terminen casándose, entre otras razones por el peso de las tradiciones familiares.

Según la investigación del INED, la alarma social por las práctica de la poligamia no está justificada: en Francia hay 3.500 hogares polígamos, casi todos de una etnia del África negra.

La práctica de la religión musulmana desciende. El estudio señala que el 52% de los argelinos practican su religión de modo habitual u ocasional. Los negros de África y, en menos medida los turcos (69%) y marroquíes (64%), asisten a las mezquitas.

El informe -que se funda en 13.000 entrevistas a domicilio- es el primer análisis sociológico que no establece las comparaciones en función de la nacionalidad (franceses o extranjeros). Distingue tres categorías: inmigrantes adultos llegados a Francia (casi todos extranjeros), personas instaladas en Francia desde la infancia, e hijos de padres extranjeros asentados en el país (mayoritariamente franceses). Los entrevistados procedían de siete países o áreas (España, Argelia, Portugal, Marruecos, Turquía, el Sudeste asiático y África negra). No se incluyó a italianos, tunecinos ni, naturalmente, a los inmigrantes clandestinos.

________________________(1) Faire France. Éditions La Découverte.

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